- Equipo de la unidad de Traumatología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile comprobó altos niveles de seguridad y eficacia en el uso de clavos endomedulares recubiertos con el antibiótico gentamicina para prevenir infecciones en el tratamiento de fracturas expuestas de huesos largos como la tibia. La pionera investigación, encabezada por el Dr. Álvaro Zamorano, junto a los doctores Carlos Albarrán, Matías Vaccia, Ignacio Rivera, Pierluca Zecchetto y Luis Bahamonde, fue publicada en la destacada revista inglesa «Injury».
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La fractura de tibia es la lesión más común en huesos largos, con una incidencia de 51,7 por cada 100.000 personas al año. El tratamiento quirúrgico con clavo endomedular sin recubrimiento es el estándar de oro frente a estas lesiones. Sin embargo, complicaciones como la Infección Relacionada a la Fractura (IRF) afecta hasta al 33% de las fracturas expuestas, a pesar de medidas preventivas convencionales, entre las que destacan la profilaxis antibiótica sistémica y el tratamiento quirúrgico precoz.
Parte de los esfuerzos de la comunidad científica han estado enfocados en cómo optimizar localmente el ambiente para evitar la colonización bacteriana, y es aquí donde cobra relevancia el recubrimiento con antibiótico del clavo como herramienta capaz de evitar este fenómeno, ya que localmente se genera un ambiente propicio para desarrollar complicaciones debido a la anatomía propia de la pierna y la cada vez más alta energía que se absorbe al momento del trauma.
Frente a este desafío, el equipo de investigadores de Traumatología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile se propuso evaluar la efectividad del clavo recubierto con gentamicina como una fijación definitiva y preventiva contra infecciones en fracturas expuestas. Además, examinaron resultados secundarios, incluyendo tasas de no unión y tiempo hasta la consolidación. El trabajo, publicado en la prestigiosa revista científica «Injury» con el título «Gentamicincoated tibial nail is an effective prevention method for fracture-related infections in open tibial fractures«, fue desarrollado por los investigadores Álvaro Zamorano, Carlos Albarrán, Matías Vaccia, Rodrigo Parra, Tomás Turner, Ignacio Rivera, Osvaldo Garrido, Pablo Suárez, Pierluca Zecchetto y Luis Bahamonde.
El camino de la investigación ha sido prolongado, relata el doctor Álvaro Zamorano, quien destaca el extenso proceso de investigación iniciado en 2012, observando y evaluando pacientes, con un seguimiento prospectivo de más de 600 fracturas expuestas de pierna. “Desde 2016, se formalizó la recopilación de datos específicos. El clavo recubierto con gentamicina se implementó en pacientes de alto riesgo a partir de 2017 y, desde 2018, como protocolo a todos los pacientes del equipo de Extremidad Inferior de Mutual de Seguridad, marcando un hito significativo en la prevención de infecciones relacionadas con fracturas”.
La investigación cotejó dos poblaciones demográfica y clínicamente similares en las que se usó el clavo recubierto con gentamicina. La comparación entre ambas, con un seguimiento de al menos un año, reveló una disminución significativa en las tasas de infección relacionada a fractura en el grupo de los 104 pacientes, en los cuales se usó el clavo endomedular recubierto con gentamicina. Los resultados son estadísticamente significativos (2,88% Grupo del clavo recubierto vs 15,83% Grupo Clavo estándar), posicionando este enfoque como una opción prometedora para la prevención de complicaciones.
Aunque existen artículos similares publicados, esta serie destaca por ser la más extensa en el mundo, con un seguimiento de al menos un año y una descripción completa del proceso de consolidación ósea. De esta forma, el estudio no solamente aporta conocimiento, sino que también ofrece una respuesta alternativa a un problema desafiante como lo es prevenir las infecciones en fracturas expuestas. El Dr. Zamorano agrega, además, que “las infecciones relacionadas con fracturas son costosas. A pesar de que el clavo recubierto es un poco más caro, se espera que los ahorros derivados de la prevención de complicaciones compensen los costos adicionales, motivo por el cual se está llevando a cabo un estudio de costos para respaldar esta perspectiva”.
La segunda etapa del estudio se centrará el seguimiento a más plazo de este grupo y describir, de igual forma, otros escenarios de alto riesgo, como la cirugía definitiva con clavo endomedular de pierna previo uso de tutor externo y las cirugías de revisión por problemas de consolidación. Cabe destacar que este implante no está diseñado para el tratamiento de IRF establecidas, exclusivamente de profilaxis. Sin embargo, al equipo de investigadores le parece relevante proponer un estudio randomizado al Comité de Ética, para así potencialmente elevar el peso estadístico de los resultados, respaldado por el alto perfil de seguridad y eficacia del clavo recubierto con gentamicina.