«Las joyas, pero también el vidrio, la cerámica, el calzado y numerosas monedas, nos dan una imagen de personas que disfrutaban de cierto bienestar y podían permitirse algunos pequeños lujos», declaró al portal Live Science el arqueólogo principal del yacimiento de la empresa arqueológica Eos Arc, Emanuele Giannini.
La mayoría de las tumbas pertenecían al llamado estilo cappuccina, un tipo común de enterramiento en el que los difuntos se cubrían con losas de piedra o cerámica colocadas en forma triangular (en forma de letra A). Sin embargo, también se han hallado tumbas simples sin dicha cubierta, así como esqueletos contenidos en grandes vasijas de cerámica y evidencias de algunas cremaciones.
La necrópolis, que data del apogeo del Imperio Romano, entre los siglos II y IV d. C., está probablemente asociada a una estación de paso llamada Mansio. Los arqueólogos encontraron los restos de 67 personas e innumerables tesoros enterrados con ellos.