El origen del canto de las ballenas barbadas, como las jorobadas y azules, había sido un misterio hasta que un grupo de investigadores de la Universidad del Sur de Dinamarca descubrió una estructura especial que funciona como ‘caja de voz’.
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A diferencia de las ballenas dentadas u odontocetos, que desarrollaron un órgano vocal nasal, se creía que las barbadas utilizaban la laringe para la producción de sonido, pero tras un estudio que combinó experimentos, modelos anatómicos y computacionales se descubrió que estas criaturas marinas poseen una estructura con forma de «U» con un cojín de grasa en la parte superior de la laringe, que les permite cantar y reciclar el aire sin necesidad de inhalar agua.
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Sin embargo, esta estructura limita la frecuencia y profundidad de sus vocalizaciones, lo que afecta su capacidad de comunicarse en entornos marinos, donde el ruido de barcos y la actividad humana dificultan su interacción.
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«Tenemos que darnos cuenta de que la única manera que tienen estos animales de comunicarse, es mediante el ruido. Y, por lo tanto, la única manera de que se encuentren entre sí es mediante el sonido. Entonces, si agregamos un montón de ruido a los océanos, básicamente a escala global, esto reducirá las áreas en las que estos animales pueden comunicarse y les hará más difícil encontrarse entre sí», explicó el profesor Coen Elemans, del departamento de Biología de la Universidad del Sur de Dinamarca.