Si bien varios estudios han confirmado que este medicamento ralentiza la progresión del deterioro cognitivo en un 27 %, todavía no está claro si es capaz de bajar la tasa de morbilidad por demencia.
La Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA, por sus siglas en inglés) aprobará el uso de un nuevo fármaco capaz de retrasar la progresión del alzhéimer, informó The Telegraph.
Se estima que este jueves la MHRA dará luz verde a la aplicación del medicamento Lecanemab, vendido bajo la marca Leqembi, que es un fármaco de anticuerpos monoclonales utilizado para tratar la enfermedad de Alzheimer y que, según recientes estudios, también es capaz de actuar de manera eficaz contra placas amiloideas en los pacientes diagnosticados con el síndrome de Down.
Este fármaco «revolucionario«, tachado por los expertos del «principio del fin» de la enfermedad, ralentiza el desarrollo del deterioro cognitivo en un 27 %. Sin embargo, todavía no hay evidencia de que este tratamiento pueda restaurar o revertir la memoria o la función cognitiva perdidas debido al desarrollo del alzhéimer.
No obstante, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) sigue en alerta por los posibles efectos secundarios del medicamento, como reacciones alérgicas graves, anormalidades por imagen relacionadas con el amiloide (hemorragia y edema cerebrales) y dolores de cabeza. En este sentido, los científicos de la Universidad de Cambridge publicaron a principios de agosto un estudio según el cual «está lejos de estar claro» si estos medicamentos pueden «reducir significativamente la morbilidad por demencia a nivel poblacional a gran escala».
Asimismo, si bien varios estudios han demostrado que el Lecanemab es capaz de retrasar las primeras etapas del alzhéimer, solamente muestra su efectividad en caso de un deterioro cognitivo leve o de una etapa temprana de pérdida de memoria u otra pérdida de capacidad cognitiva.
A principios del año pasado Leqembi recibió la aprobación como tratamiento para el alzhéimer temprano por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU., cuando la eficacia del fármaco fue comprobada a través de una investigación que se llevó a cabo con la participación de 856 pacientes y condujo a la aprobación acelerada del medicamento.