La Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional —Icrict, en inglés—, destacó las nuevas políticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) respecto a la lucha contra la evasión fiscal.
La Icrict «acoge con satisfacción la publicación por parte de la OCDE de la nota política ‘Abordar los retos fiscales de la digitalización de la economía’, un texto que muestra un cambio de rumbo en la estrategia para luchar contra la evasión fiscal», publicó la organización en un comunicado.
El documento de la OCDE, publicado el pasado 23 de enero, reconoce que la digitalización de la economía se ha vuelto «dominante» y plantea cuestionamientos respecto a «dónde deben ser pagados los impuestos y en qué cantidad, en un mundo donde las empresas pueden estar fuertemente involucradas en la vida económica de diferentes jurisdicciones sin una presencia física significativa».
Esta situación, continúa el reporte, permite que los beneficios de las empresas sean transferidos a otras entidades que «escapan a la tributación o tienen muy bajas tasas impositivas».
Esto se conoce como estrategias de optimización fiscal, por las cuales las grandes empresas multinacionales privan a los Estados de obtener importantes recursos económicos en concepto de impuestos.
Una medida que pese al perjuicio que causa a los países, es legal.
Así, la resolución de la OCDE supone un paso más en pos de una reforma del sistema internacional del impuesto de sociedades, que el organismo había comenzado a encarar en 2015 con la iniciativa sobre «Erosión de la base y transferencia de beneficios» (BEPS, por su sigla en inglés), destacó la Icrict.
En una primera instancia, la iniciativa BEPS estaba dirigida a los países del Grupo de los 20 (G20), pero posteriormente se extendió a las naciones que no integran el bloque, incluidos aquellos en desarrollo, recordó la comisión en su comunicado.
Desde la Icrict destacaron que la BEPS «ha dado lugar a soluciones útiles para algunos de los mecanismos de evasión fiscal más chocantes», pero «no ha abordado el problema principal», esto es, que las empresas puedan trasladar sus beneficios «donde quieran» y aprovechar las jurisdicciones donde los impuestos son «muy bajos».
No obstante, la nueva nota política de la OCDE busca abordar la situación y según la Icrict «muestra claramente» que el organismo está «finalmente» listo «para emprender reformas reales», que han sido defendidas «constantemente» por la comisión.
Así, el documento de la OCDE apunta a ir un paso más allá del «principio de libre competencia» que define a la estructura fiscal internacional y ha permitido a las multinacionales, «a través de transacciones entre sus filiales», transferir sus beneficios a países con menores cargas impositivas, un tema que «hasta ahora ha sido tabú», destacó la Icrict.
Además, propone una «reasignación» de los derechos de imposición a las naciones de mercado que dé garantías de que todos, «incluidos los países en desarrollo», reciban la parte correspondiente de los beneficios que obtienen las empresas multinacionales.
La Icrict señala también que la nota política de la OCDE propone «un impuesto global mínimo, que debería garantizar una imposición mínima efectiva en todas partes».
La Icrict es una organización sin fines de lucro integrada por economistas, especialistas en temas fiscales y de derechos humanos y ex altos funcionarios que buscan promover el debate sobre una reforma de la fiscalidad internacional de las empresas «en aras del interés público mundial».