Caracas «la ciudad que se enamoró de las guacamayas»

CARACAS – En la capital venezolana es posible observar por doquier guacamayas —una especie de ave multicolor— no solo en el cielo y en los árboles, sino también en ventanas de edificios y casas, pues muchos de sus habitantes han construido un vínculo entrañable con ellas y se dedican diariamente a alimentarlas.

por Socio informativo
Agencia de Noticias Sputnik

«Las guacamayas son un símbolo para Caracas, y la gente se ha conectado emocionalmente con ellas, al punto de cuidar zonas en las que ellas pueden estar, para consentirlas, e incluso cuando me he dispuesto a estudiarlas la gente se molesta, no quieren que les toquen sus guacamayas», dijo la bióloga María Lourdes González.

A las guacamayas se les reconoce desde lejos por sus colores verdes, amarillos, rojos y azules intensos, y también por su particular parloteo.

Es común verlas sobre los árboles florales y frutales que posee la ciudad.

Aparecen desde las primeras horas de la mañana y visitan puntualmente sus comederos, que no son más que viviendas en las que los caraqueños las reciben con cambures, semillas de girasol, agua y hasta pan.

Al caer la tarde vuelven a los lugares en las que son alimentadas para luego descansar.

Mabel Cornago, fotógrafa profesional, se ha convertido en retratista de las guacamayas.

La artista contó a Sputnik que subía a la azotea de su edificio para alimentarlas y comenzó a hacerle fotos, las cuales no tardaron en volverse populares en las redes sociales, tanto entre los amantes de Caracas y como entre los protectores de estas aves.

«Algunos seguidores comenzaron a pedirme fotos para familiares que están fuera de Venezuela, porque tanto las guacamayas, como el Ávila [o Waraira Repano, principal montaña de Caracas], se convirtieron en íconos de la ciudad», señaló la fotógrafa.

De esta forma, lo que comenzó como un hobby se convirtió en algo lucrativo para Cornago, quien también expresa un gran afecto hacia estas aves y al modo en el que se relacionan con los caraqueños.

Por su parte, para Carmen Borges, terapista de reiki, las guacamayas ayudan a sobrellevar la crisis y el caos de Caracas.

«Verlas volar por el cielo con sus colores, que se acerquen, se involucren contigo, es sin duda relajante, agradable; ellas nos regalan sonrisas en medio de toda la desesperanza que puede haber en Caracas», dijo la mujer a Sputnik.

Alertas

No obstante, González, profesora del departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar, señaló que no está segura de que Caracas, donde las guacamayas fueron introducidas por el hombre se cree que en los años 80, sea una ciudad saludable para estas aves.

La bióloga añadió que ha observado incluso algunos cambios en las aves, que activan las alertas.

«Esta población no está tan saludable como debería ser; he observado la mutación de guacamayas blancas que pierden el color amarillo, [algo] que ocurre en las poblaciones comúnmente en cautiverio, cuando la población tiene poca diversidad genética», apuntó.

Además, destacó que en condiciones naturales estas aves vuelan a diario más de 15 kilómetros y en Caracas no recorren más de cinco kilómetros.

«Si un animal que no se mueve mucho, no consume mucha energía, y come mucha grasa y azúcar, las expectativas de vida son bajas; yo creo que ellas deben vivir poco en la ciudad y no te das cuenta porque se siguen reproduciendo, porque tienen mucha comida», explicó la especialista en psitácidos (loros).

Aunque muchos caraqueños quieran y cuiden a este tipo de aves, la bióloga recordó que en otros lugares del mundo son consideradas como plagas, porque producen daños económicos.

«Los loros generan muchos daños económicos que no estamos viendo; se comen el friso, las antenas, los cables, se comen todo, porque necesitan limarse el pico, porque les crece, y en todo el mundo donde están han cuantificado esos daños y no está bien y buscan erradicarlo, y la discusión es cómo hacerlo si la gente tiene amor por ellos», explicó.

Hasta el momento en Caracas no hay cifras oficiales de cuántas guacamayas existen, su condición de salud o los daños que generan a la ciudad.

Sin embargo, para muchos de los que se han ido de Caracas y para quienes aún la habitan, las guacamayas, aunque provienen de Amazonas (sur) y Delta Amacuro (noreste), son parte de la esencia de la capital venezolana.