La quema de gas en los mayores yacimientos estadounidenses alcanzó volúmenes récord jamás registrados en la historia del país norteamericano. ¿Cómo amenaza esto a la industria petrolera de EEUU?
por Socio Informativo
Agencia de Noticias Sputnik
En el primer trimestre del 2019 los productores quemaron diariamente más de 18 millones de metros cúbicos de gas en la Cuenca Pérmica de Texas Occidental y en el este de Nuevo México, dice el reporte publicado por la empresa noruega Rystad Energy.
De esta manera la quema del gas duplicó el volumen de la producción de combustible azul en el complejo Mars-Ursa, que pertenece a la empresa Royal Dutch Shell. Este complejo es la mayor instalación de gas que se encuentra en la parte estadounidense del golfo de México.
El campo de esquisto Bakken situado en Dakota del Norte también continuó quemando altos niveles de gas –más de 14 millones de metros cúbicos al día– en el primer trimestre del 2019.
De acuerdo con Rystad Energy, la quema de gas anual en la Cuenca Pérmica y el campo Bakken excedió la demanda de combustible azul en países como Israel, Colombia y Rumania.
En el 2014 cuando las empresas petroleras quemaban más de un tercio del gas extraído en los campos situados en Dakota del Norte, las autoridades locales empezaron a demandar que los productores de petróleo limitaran estas prácticas. En el 2016 el volumen de gas quemado no debía superar un 15% del total extraído y en el 2020 no tendría que sobrepasar un 10%.
Las empresas petroleras apoyaron esta regla pero lucharon para no cumplirla desde el mero inicio de su imposición. La mayor parte de las compañías pasaron por alto esta norma, informan medios locales.
El problema del gas, que se forma como subproducto en el proceso de exploración de petróleo, se agudizó a tal punto en EEUU que es capaz de socavar el crecimiento de la producción de crudo, opina la periodista rusa Natalia Dembínskaya.
«Actualmente se puede quemar el gas en el plazo de 45 días después del inicio de la extracción en un pozo. Después de eso, la empresa que no cuente con la autorización especial debe recoger el gas o cesar la producción», escribe Dembínskaya en su artículo para la versión rusa de Sputnik.
Los expertos de Rystad Energy consideran que este desperdicio de una mercancía valiosa es el resultado de persistentes desafíos: la falta de capacidades que pudieran recoger este gas y la inesperada reducción de gasoductos clave en el área.
Como consecuencia, los operadores en la Cuenca Pérmica de Texas y Nuevo México quemaron diariamente gas natural por valor un de casi 1 millón de dólares, informó The Wall Street Journal.
«La Agencia de Protección del Medio Ambiente calculó que el volumen de metano que se emite en el aire a raíz de la quema de gas en la Cuenca Pérmica equivale a las emisiones producidas por dos millones de automóviles», recuerda Dembínskaya.
Según The Wall Street Journal, hoy en día los productores de petróleo luchan por reunir fondos mientras que los precios del petróleo caen en picado y el financiamiento de Wall Street se agota.
«Las empresas que están detrás del boom del ‘fracking’ en EEUU acuden a medidas como la venta de activos o la creación de asociaciones para poder complementar el flujo de caja. Estas formas de financiamiento frecuentemente suponen tasas de interés más altas o conllevan otras desventajas como el otorgamiento de una gran participación en la futura producción a los inversores externos», informa el periódico estadounidense.
De acuerdo con Rystad Energy, de 40 operadores petroleros, solo 10 grandes empresas del país reportaron que tenían flujos de caja positivos en el primer trimestre del 2019. Para sostener o incrementar la producción, las compañías estadounidenses necesitan perforar más pozos y su perforación requiere el dinero.
«La crisis relacionada con la financiación amenaza la capacidad de las empresas de mantener el boom de producción que convirtió a EEUU en el mayor productor de petróleo en el mundo. Además, existe la posibilidad de que se produzca una ola de bancarrotas», concluye los autores del artículo.