Las conversaciones entre el exjuez Sérgio Moro y el fiscal Deltan Dallagnol, reveladas en los últimos días por el medio The Intercept Brasil, terminaron de confirmar la trama oculta para fabricar una causa que permitiera encarcelar al expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva y evitar que volviera a presentarse a las elecciones de 2018.
por Socio Informativo
Agencia de Noticias Sputnik
Ahora, con las filtraciones se dejan entrever irregularidades en la causa contra el expresidente, que comprometen de manera considerable al actual ministro de Justicia del Gobierno de Jair Bolsonaro. Moro, que se catapultó a la opinión pública como un adalid de la lucha contra la corrupción, habría obrado de manera irregular en el proceso, al punto que la Orden de Abogados de Brasil pidió su renuncia.
Con el apoyo de Bolsonaro, manifestado en discursos oficiales, y según varios analistas en la prensa brasileña, Moro ansía llegar a una de las vacantes en el Supremo Tribunal Federal, la máxima instancia judicial de la nación suramericana.
Y a pesar de que en algún momento afirmó que jamás haría carrera política, tras la llegada al poder de Bolsonaro aceptó casi enseguida el ofrecimiento de formar parte de su Gobierno como un ‘superministro’ de Justicia.
Ahora, las revelaciones de The Intercept —tomadas de conversaciones de Telegram por una fuente anónima y filtradas al medio— podrían complicar la astronómica carrera del ministro y su carácter apolítico, frecuentemente defendido a lo largo de sus actuaciones judiciales.
La defensa de Lula ha sostenido lo contrario, pues consideran débiles las pruebas en las que se basó Moro para dictar la condena de nueve años y medio de prisión por corrupción y lavado de activos. Esta sentencia fue elevada a 12 años de reclusión y finalmente reducida a 8 años y 10 meses.
Desde el círculo del expresidente han repetido innumerables veces que en otros casos de corrupción —que involucraron a partidos opositores al Gobierno de Lula— no se tomaron las mismas decisiones, aún con pruebas más contundentes.
Las conversaciones entre Moro y los fiscales de la ‘Fuerza Operativa Lava Jato’ podrían confirmar estas críticas. De hecho, en el inicio de la campaña electoral de 2018, todos los sondeos daban a Lula como potencial ganador en una contienda política, por lo que muchos tildaron de sospechoso que los tiempos del proceso judicial se aceleraran y lo inhabilitaran finalmente a presentarse en los comicios.
A continuación, una lista de cinco puntos que quedaron en evidencia con la investigación de The Intercept:
1 – La operación para que la causa cayera en manos de Sérgio Moro
La mayoría de las actuaciones por la causa conocida como ‘Lava Jato’, que investigaba presuntos pagos de sobornos a figuras políticas por parte de privados a cambio de contratos o beneficios desde el poder estatal, se llevaban a cabo en Sao Paulo. En Curitiba, la sede encabezada por Sérgio Moro investigaba simplemente algunas ramificaciones de la causa en el Estado de Paraná.
En Sao Paulo tienen sede grandes conglomerados empresariales profundamente implicados en negocios ilícitos. La más notoria es la multinacional Odebrecht, la más conocida de las investigaciones de la ‘Lava Jato’ por el alcance que cobró más allá de Brasil, en el resto de América Latina.
Pero en Sao Paulo se encuentra también la casa matriz de la constructora OAS, la sociedad que presuntamente —de acuerdo con la sentencia emitida por el juez Moro— habría entregado a Lula un departamento ‘triplex’ en la localidad costera de Guarujá, también en el mismo Estado del sudeste brasileño.
Por esos motivos, la causa debería haber sido juzgada en ese Estado. Pero había un problema: si Lula era enjuiciado en Sao Paulo, el caso no caería en las manos de Sérgio Moro.
Para lograr su objetivo, la causa debía vincular el triplex forzosamente con las investigaciones llevadas adelante en Curitiba. En los mensajes revelados ahora, el mismo Dallagnol reconoce que no estaba seguro de que esa relación realmente existiera.
2 – El artículo de O Globo utilizado como prueba tenía un error clave
La causa instruida contra Lula utilizó como una de las pruebas clave un artículo publicado en 2010, en el que se afirmaba que Lula y su esposa, Marisa Letícia, habían adquirido un departamento triplex en un edificio en Guarujá.
En su investigación, Intercept Brasil consigna que la declaración de Lula utilizada como prueba da cuenta de un pago de 47.695,38 reales (unos 28.000 dólares al cambio de la época) por un departamento en esa localidad, pero esa declaración jamás incluye la palabra «triplex». La defensa del expresidente siempre aseguró que se trataba de un inmueble «simple».
El artículo sobre el cual se basó la denuncia asegura también que el departamento tendría «vista al mar» pero agregaba que la construcción de una segunda torre «puede acabar con parte de la felicidad de Lula» al tapar la vista al mar. Para O Globo, el inmueble estaría en la torre ‘B’, ubicada a los fondos y tapada luego por la torre ‘A’.
Sin embargo, la denuncia judicial consignaba que el expresidente tenía un triplex en la torre A, que ni siquiera existía cuando se publicó el artículo de prensa.
3 – El fiscal Dallagnol tenía miedo porque las pruebas no eran contundentes
Las conversaciones reveladas recientemente confirman las dudas que el propio fiscal tenía sobre las pruebas que sustentaron la acusación contra Lula.
«Dirán que estamos acusando con base en una noticia de un diario y de indicios frágiles… Entonces es un elemento que sería bueno que esté bien amarrado», decía Dallagnol en un mensaje escrito a los abogados que trabajaban en el caso.
«Hasta ahora tengo miedo de la conexión entre Petrobras y el enriquecimiento, y después de que me hablaron con temor de la historia del departamento… Son puntos en los que tenemos que tener las respuestas ajustadas y en la punta de la lengua», reconoció en los mensajes divulgados por Intercept.
En una comunicación con el propio Moro, Dallagnol reconocía que «la denuncia está basada en mucha prueba indirecta de autoría pero no cabría decir eso en la denuncia y en la comunicación evitamos ese punto».
4 – Sérgio Moro se extralimitó y ayudaba al fiscal en su investigación
Los mensajes revelados también confirman que el juez Moro coordinó la investigación con Dallagnol, sobrepasando las funciones que le corresponden a un magistrado en un sistema acusatorio. En efecto, Moro debería haberse limitado a conducir el proceso judicial, sin intervenir en la recolección de pruebas del fiscal.
«Una fuente me informó que una persona estaría comprometida por haber estado a cargo de labrar las minutas de escritura para transferencia de propiedad de uno de los hijos del expresidente. Aparentemente una persona estaría dispuesta a prestar información. Estoy repasando. La fuente es seria», escribió Moro al fiscal.
«¡Gracias! Haremos contacto», responde Dallagnol, confirmando la coordinación entre ambos. Más tarde, el fiscal le diría que la fuente no quiso hablar y evaluaría la posibilidad de crear una denuncia anónima para obligar a la fuente a declarar ante la Fiscalía.
Juez y fiscal también intercambiaron posiciones políticas, celebrando el apoyo popular a manifestaciones contra Dilma Rousseff. Moro llegó a manifestar a Dallagnol su deseo de «limpiar el congreso».
5 – Dallagnol debatió con sus colaboradores una forma de impedir entrevista a Lula
Las conversaciones entre Dallagnol y su equipo de abogados a través de un grupo de Telegram también ratificaron que el equipo tenía la intención política de evitar una posible victoria del Partido de los Trabajadores en las elecciones de 2018.
La decisión del Supremo Tribunal Federal de autorizar a Lula a participar de una entrevista con el diario Folha alarmó a Dallagnol y sus abogados, que intercambiaron opiniones sobre la necesidad de evitar la difusión de las opiniones del expresidente porque podía permitir ‘el regreso del PT’ y favorecer la campaña de su candidato Fernando Haddad.
Los abogados manejaron en el grupo varias alternativas para impedir la entrevista, como hacer que la Policía Federal demorara intencionalmente la solicitud hasta después de las elecciones o habilitar entrevistas a todos los presos para intentar disminuir su impacto.
Finalmente, en el mismo grupo, acabaron celebrando el recurso presentado por el ‘Partido Novo’ de Brasil, que logró suspender la entrevista.