Desarrollan sistema de predicción temprana para enfermedad que afecta a las manzanas de exportación

Casi 90 mil toneladas de manzana Cripps Pink exporta Chile anualmente y pese a que, históricamente, ha sido una variedad importante para la economía y la agricultura regional y nacional, los productores han tenido que convivir con una de las principales problemáticas asociadas a esta fruta: la pudrición por ojo de buey, infección causada por el hongo Neofabraea alba.

Esa situación de incertidumbre podría cambiar radicalmente a partir de ahora, gracias a los resultados de una investigación realizada por académicos de la Universidad de Talca y asociada a un proyecto del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef).

El equipo, liderado por José Antonio Reyes, desarrolló y validó con resultados exitosos un sistema de predicción temprana de la enfermedad, la cual sólo manifiesta sus síntomas hasta tres meses después de la cosecha. El sistema, basado en inteligencia artificial, tiene un nivel de eficiencia superior al 90 por ciento y entrega datos sobre el nivel de incidencia de ojo de buey que tendrá un lote fruta a 90 días de la postcosecha y proyecciones sobre la agresividad de la afección para una temporada y huerto particular.

Reyes explicó que «para los productores es muy relevante porque cuanto más tiempo puedan guardar la manzana, mejor es el ingreso que logran en mercados internacionales. El peor precio se obtiene cuando la fruta sale del árbol, se embala y se vende. En cambio, si pudieran guardarla, idealmente 4 o 5 meses, se alcanzan mejores precios en mercados europeos».

El académico añadió que «nosotros entregamos la predicción seis semanas antes de la cosecha y, durante ese tiempo, el productor también puede tomar acciones preventivas contra la enfermedad. En definitiva, con esta tecnología de punta queremos disminuir la incertidumbre y dar una respuesta concreta a la problemática».

Para Juan Basualdo trabajador del área de pomáceas de Dole Chile, este sistema «constituye para nosotros una herramienta muy importante. Estamos, normalmente apremiados por el asedio de este tipo de pudriciones y, mediante esta investigación, tendremos un instrumento que permite el control de la enfermedad. Indudablemente esto permitiría que nuestro entorno comercial estuviese más confiado y ser un socio más confiable en cuanto podamos llegar con un producto libre de estos problemas».

PROYECCIONES

La innovación fue fruto de dos años de trabajo durante los cuales se recopilaron y analizaron más de dos mil registros históricos de la enfermedad, otorgados por productores ubicados entre las regiones de O’Higgins y la Araucanía.

El desafío que se plantean los investigadores es incorporar nuevos parámetros asociadas al comportamiento de la enfermedad, los cuales han sido obtenidos a través de los estudios adelantados por Mauricio Lolas, Director del Laboratorio de Patología Frutal de la Utalca.

Lolas explicó que «desarrollamos una herramienta molecular que permite detectar cuándo la lenticela (estructura ubicada en la piel de la manzana) está infectada con el hongo. Eso lo podemos asociar a la predicción basada en parámetros climáticos desarrollada por el profesor Reyes. Al unir ambos desarrollos, podemos obtener información sobre condiciones que predisponen la infección o que hay mucha infección y que, por tanto, la expresión de la enfermedad va a ser muy alta».

INFORMACIÓN PARA PRODUCTORES

José Antonio Reyes indicó que «la idea es que los productores se contacten y puedan compartir sus registros históricos de incidencia de la enfermedad, vamos a generar reportes semanales desde seis semanas antes de la posible fecha de cosecha a cada productor que esté interesado». Esta información, podrán obtenerla a través de una plataforma que estará próximamente disponible y que, además del informe, entrega recomendaciones respecto al manejo fitosanitario de la fruta.