Para el senador Girardi la disminución de la jornada laboral “es un desde, pero es un tema del siglo XX”, y lo que se debe debatir es el impacto de la robótica y la automatización forzada en el remplazo y sustitución del trabajo. “Hay que legislar para el futuro y no en retrospectiva (…) discutir una renta básica universal para los humanos ‘económicamente inútiles’ o de las cuotas de automatización para permitir una transición ordenada”.
El senador Guido Girardi, presidente de la Comisión Desafíos del Futuro, junto al Dr. Juan Velásquez, profesor de Ingeniería y experto en Inteligencia Artificial de la Universidad de Chile y Marco Beas, presidente nacional del Sindicato del BancoEstado advirtieron, este miércoles, que reducir las jornadas de trabajo no es el tema principal ni el más importante al momento de legislar sobre el futuro panorama laboral.
Para el parlamentario, el experto y el dirigente sindical el desafío es el remplazo de los empleos por la automatización forzada, la robótica y la inteligencia artificial que provocará la disminución en un 50% de los actuales empleos en los próximos 20 años –según algunos estudios- y la precarización y hasta “la desaparición de los asalariados”, afirmó Girardi.
El legislador PPD mostró un recorte de prensa (La Nación, 31 de diciembre 1999) y recordó que “nosotros respaldamos reducir la jornada laboral a 40 horas desde hace 20 años, y nos parece que es un muy importante tema del siglo XX, hoy día el gran problema que enfrenta la humanidad no es el pleno empleo sino que el reemplazo acelerado por un proceso de automatización forzada por el desarrollo de la inteligencia artificial y la robótica”.
Según el senador esos elementos “van a cambiar la estructura del empleo y así lo señalan varios estudios y uno de los más emblemáticos The Future of Employment: how susceptible are jobs to computerisation? de Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne, que desde el 2013 señalaban que cerca del 50% de los empleos va a cambiar en los próximos 20 años y no sólo los de baja formación sino que también abogados, médicos y otros similares. Lo mismo señala la OIT, la OCDE, el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial”.
“Y por eso –agregó- el proceso de reemplazo y precarización va a ser aceleradísimo, porque el concepto de asalariados, con contrato, derechos de salud, previsión, está cuestionado porque van a haber plataformas que van a ofrecer hacer esos servicios a las empresas y habrá personas que haga esas tareas pero sin cobertura social. Es decir podemos estar viviendo un proceso de lo que se podría llamar el fin de los asalariados”.
El senador agregó que también hay que considerar “el trabajo gratuito que millones de seres humanos hacen entregando datos a las plataformas y la IA que les genera recursos y excedentes millonarios”.
Para Girardi, “en el contexto de este debate (disminución de la jornada) y en el de la reforma previsional queremos plantear que es fundamental legislar para el futuro y no de manera retrospectiva, por eso proponemos incorporar de manera urgente estos temas a la discusión parlamentaria o serán leyes anacrónicas que nacerán obsoletas y sin dar cuenta del principal problema que tiene la humanidad”.
El parlamentario añadió que “ya hay muchas ideas que se pueden discutir, se habla de una renta básica universal para los millones de humanos que serán ‘económicamente inútiles’ o establecer cuotas de automatización para permitir una transición ordenada, por eso planteamos que las leyes se debe adecuar al desarrollo tecnológico que no puede estar desincronizado con las políticas públicas”.
SINDICATOS DEL FUTURO
El presidente del Sindicato de BancoEstado, Marco Beas, dijo que “en este escenario de cambio de era nuestra principal preocupación es como afectará la regulación de los derechos de los trabajadores”.
Y agregó que “van a desaparecer miles de puestos de trabajo, pero también se van a crear nuevas oportunidades. El punto es cuál será el marco regulatorio e institucionalidad de esta nueva forma de hacer las cosas, en una sociedad tan desregulada como la nuestra y probablemente lo que conocemos va a ir desapareciendo”.
Beas afirmó que “el principal problema que tenemos en esta cuarta revolución es la velocidad con que ocurren las cosas que no va de la mano con la forma de hacer que tenemos los sindicatos ni con el proceso legislativo. Entonces nosotros tenemos que velar que haya regulación y como nos seguimos organizando en un mundo tan disgregado y que rol van a cumplir los sindicatos a raíz de la individualización del trabajo”.
El dirigente agregó que “desde la perspectiva de nuestro sindicato (BancoEstado) no nos importa la forma ni quienes sean, lo que nos importa es que siga habiendo organización de trabajadores para continuar relativamente protegidos”.
CONSTRUIR UNA BUENA REALIDAD
Por su parte el Dr. Juan Velásquez, profesor titular de la Facultad de Ingeniería y director Web Intelligence Centre de la Universidad de Chile y experto en Inteligencia Artificial, señaló que “cada vez que ha habido una revolución tecnológica han ocurrido cambios paulatinos en el ámbito laboral, pero ahora esos cambios son abruptos y muy rápidos. A la radio le costó 55 años alcanzar los 200 millones de usuarios; a la web, 5 años; al Pokem go, menos de un mes y al Face up, días”.
Velásquez dijo que “hay labores que se automatizaran y los puestos de trabajo desaparecerán, pero debe haber una reconversión para adaptarse a la tecnología y seguir en el mercado laboral. El mundo que viene será muy diferente al actual, pero yo lo veo como muy positivo para la humanidad si es que buscamos como sacarle partido a esta revolución tecnológica y que beneficie a muchos y no sólo a unos pocos”.
Y agregó que “la IA está entre nosotros y seguirá creciendo, la pregunta es ¿nosotros seremos adaptadores y usuarios de la tecnología; seremos creadores de tecnología; vamos a trabajar en conjunto para crear esta nueva realidad?”.
El profesor afirmó que “hay mucho que hacer, hay un tema de conversión laboral, de educación desde la más temprana edad y como nación resolver dónde queremos estar en este nuevo escenario y qué debemos desarrollar para lograrlo. En nuestro país hay mucha capacidad, a todo nivel, para hacernos cargo de esta cuarta revolución en beneficio de nuestra sociedad y, porque no, del mundo”.
Y finalizó señalando “todo gran cambio demanda una gran responsabilidad y esto parte por la sana reflexión de ir pensando que es lo que va a ocurrir y como hacemos que ocurra para que sea una buena realidad para nosotros”.