La lección que Bolsonaro deberá aprender

La crisis diplomática en la que se ha sumergido Brasil por la controvertida política medioambiental del Gobierno de Jair Bolsonaro puede afectar a uno de los proyectos más importantes del actual ejecutivo: el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea.

por Socio Informativo
Agencia de Noticias Sputnik

A las voces que critican la condescendiente actitud de las autoridades brasileñas hacia los problemas medioambientales se unió recientemente la del primer ministro irlandés Leo Varadkar. Irlanda votará en contra del acuerdo UE-Mercosur si Brasil no cumple con sus obligaciones de proteger el medioambiente, dijo. Al irlandés le siguió el hasta ahora presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk: Europa apoya el acuerdo UE-Mercosur, que también implica proteger el clima. Pero es difícil imaginar una ratificación armoniosa mientras el presidente brasileño permite la destrucción de los espacios verdes del planeta, dijo.

«Muchos países europeos no están satisfechos con el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea. Para que entre en vigor es necesario que otros países lo ratifiquen. Por lo tanto, esta crisis medioambiental puede convertirse en un pretexto necesario para que quienes no apoyan el tratado de libre comercio justifiquen su desacuerdo con este acuerdo», opina el politólogo brasileño Maurício Fronzaglia.

A pesar de que la imagen de Bolsonaro se ha deteriorado fuera de Brasil, tiene «un grupo de apoyo muy fuerte dentro del país, incluidas las redes sociales», señala Fronzaglia. De ahí que no importe lo que haga Bolsonaro, añade: su imagen será la misma.

Una área deforestada en la Amazonía brasileña
© AP PHOTO / ANDRE PENNER
Una área deforestada en la Amazonía brasileña
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Además, Bolsonaro deberá aprender ahora una lección: que uno debe responder por sus palabras y por sus acciones, señala la politóloga y doctora en Relaciones Internacionales de la Universidad de Sao Paulo Raquel Rocha.
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«El Gobierno de Bolsonaro aprenderá en la práctica cómo funciona el juego diplomático y se dará cuenta de que cualquier acción es reactiva«, dice, y añade que el mandatario brasileño tendrá que responder por sus declaraciones, como ocurrió en la cumbre del G20, donde Bolsonaro reconoció su responsabilidad y prometió mejorar la situación para garantizar la biodiversidad. «O, de nuevo, como parte de las salvaguardas que se incluyeron en el acuerdo UE-Mercosur», añade.
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La politóloga también señala que la situación actual es similar a la que vivió Brasil hace 20 años, cuando fue acusada de no cuidar la Amazonía. Es probable que se vuelva a «la discusión de que la Amazonía debería ser un patrimonio mundial, un territorio internacional que no estaría gobernado por un solo Estado».