El Papa Francisco ha puesto la marcha directa en el proceso de transformación de la Curia vaticana. Después de seis años de pontificado, 2020 se presenta como el curso definitivo para evaluar la capacidad del pontífice argentino para transformar la Iglesia. Y, por lo que parece, Bergoglio está decidido a consumar su ‘revolución’.
Hace unas semanas sorprendía a todos nombrando al jesuita español Juan Antonio Guerrero como ‘superministro’ de Economía vaticano, cubriendo el hueco dejado por el cardenal George Pell, condenado por pederastia en Australia. Este domingo, por sorpresa, Francisco defenestraba al italiano Fernando Filoni (uno de los opositores al Papa con puesto de mando en la Curia) al frente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, la encargada de gestionar el trabajo de los miles de misioneros católicos en todo el mundo.
El elegido no es otro que el cardenal de Manila, Luis Antonio Tagle, considerado por muchos como el ‘sucesor natural’ de Bergoglio, y quien Francisco quiere tener cerca, en el interior de la Curia, conociendo las dificultades del trabajo en el interior del Vaticano. Tagle, que también es presidente de Cáritas Internationalis –cargo que compaginará con el ministerio vaticano–, tendrá bajo su mando dos de las grandes joyas del catolicismo, reconocidos incluso por los sectores más anticlericales: la mayor ONG de la Iglesia, y los misioneros.
El prefecto de ‘Propaganda Fide’ (anterior nombre de Evangelización a los Pueblos) es llamado el ‘Papa Rojo’, y lo cierto es que las atribuciones de Tagle lo convertirán en uno de los curiales con mayor poder en Roma. Junto al control de Cáritas y los misioneros, el filipino también será quien designe a los obispos en los más de mil territorios de misión compartidos por el mundo.
Ouellet y Sarah, los dos grandes opositores en la Curia
Con estos dos movimientos, sumados a la inminente renovación de la Curia –se espera que la nueva Constitución Apostólica, ‘Praedicate Evangelium’, pueda ser aprobada en febrero– que permitirá que los laicos puedan presidir dicasterios romanos y dará un mayor papel a hombres y mujeres no religiosos en los ministerios vaticanos, Francisco pone las bases para el que es su gran objetivo de pontificado: lograr que el Vaticano deje de ser un nido de poderes oscuros y corrupción, y se convierta en un órgano dinamizador de las distintas ‘almas’ de la Iglesia católica.
Pero esta revolución cuenta con muchos opositores en el interior del Vaticano, la mayor parte de ellos italianos. Aunque con este pontificado han perdido la mayoría en el Cónclave, y en puestos de responsabilidad directa, Francisco todavía cuenta con dos grandes opositores en importantes puestos de responsabilidad: el cardenal canadiense Marc Ouellet, prefecto de la Congregación de Obispos (encargada de nombrar prelados en todo el mundo), y que ya anunció que votó en contra de la reforma que permitirá a los hombres casados ser sacerdotes (como aprobó el Sínodo de la Amazonía); y el guineano Robert Sarah, prefecto de Culto Divino.
El posible sucesor de Francisco
¿Quién es el nuevo ‘Papa rojo’? Luis Antonio Gokim Tagle, nacido el 21 de junio de 1957 en Manila, de familia católica, padre de etnia tagalo y madre de origen chino (lo que puede ayudar al deseo del Papa de visitar Pekín), y fue ordenado sacerdote en 1982.
Estudió en Estados Unidos, donde obtuvo su doctorado en teología con una tesis sobre la evolución de la colegialidad episcopal desde el Concilio Vaticano II, algo que también puede servir de cara a la futura organización curial. Arzobispo de Manila desde 2011, Benedicto XVI lo designó cardenal en 2012. A sus 62 años, si Francisco falleciera o renunciara (algo improbable, al menos mientras no fallezca Benedicto XVI o no se concluya la reforma curial), Tagle se asoma como uno de los principales candidatos a Papa de Roma. Un Papa joven, cuya misión sería hacer irreversibles las reformas que pueda avanzar Bergoglio.
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