Los 10 periodistas asesinados en México en 2019 lo convirtieron en el país en paz con más crímenes de este tipo en el mundo, según informe de Reporteros Sin Fronteras. La delegada de la organización en el país, Balbina Flores, señaló que la ineficiencia de los mecanismos de protección y la impunidad siguen siendo determinantes.
por Socio Informativo
Agencia de Noticias Sputnik
«América Latina, el continente de los récords tristes», asevera el último informe de la organización Reporteros Sin Fronteras, en el capítulo destinado a advertir sobre la cantidad de periodistas asesinados por ejercer su profesión durante 2019.
El informe destaca que «América Latina sigue siendo una región particularmente inestable y peligrosa para los profesionales de la información». En efecto, 14 periodistas fueron asesinados durante el 2019 en la región.
La organización registró un periodista asesinado en Haití, uno en Colombia y dos en Honduras. Sin embargo, la alarma se concentra en México, que en el año sufrió el asesinato de 10 periodistas, récord mundial para un país en paz. De hecho, solamente Siria equipara a México la cantidad de crímenes contra reporteros.
El dato de México supera la cifra de 2018, cuando el país registró 9 muertos, y continúa la tendencia de los últimos años. En 2017, por ejemplo, el Estado mexicano también había sido declarado como un país «desastroso» para ejercer el periodismo, al totalizar 11 muertos.
el informe le reconoce a México otro triste récord: además de tener una alta cantidad de asesinatos de periodistas, señala «la probabilidad de que los autores de estos asesinatos sean juzgados algún día es casi nula» al tener una tasa de impunidad mayor al 90%.
En conversación con Sputnik, la delegada de Reporteros Sin Fronteras en México, Balbina Flores, lamentó que aún no existen sentencias contra personas por los crímenes contra periodistas. «En algunos casos hay investigaciones avanzadas y algunas personas detenidas, como en el caso de Miroslava Breach, Javier Valdéz o Mario Gómez, pero ninguno ha habido sentencia», indicó.
La integrante de la organización se mostró optimista en que los casos de Breach y Valdez —asesinados en 2017 en los estados de Chihuahua y Culiacán, respectivamente— puedan tener una sentencia durante 2020, aunque aclaró que «habrá que esperar algunos meses para eso».
Sin embargo, se trata de excepciones. Flores dijo que «si en los últimos años tenemos 1% o 2% de casos con sentencia es mucho» en un país que ha registrado más de 150 periodistas asesinados entre el año 2000 y la actualidad. Reporteros Sin Fronteras insiste entonces en denunciar que «más de un 93% de impunidad en los asesinatos y 100% en las desapariciones».
El Estado mexicano ha intentado responder al flagelo con la creación, en 2012, de un ‘Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas’, destinado a proteger la integridad física de activistas y periodistas que se encuentren en peligro como consecuencia de su trabajo.
Flores consignó que la solicitud de protección por parte de periodistas «se ha vuelto mucho más frecuente en los últimos años», experimentando un incremento del 70% en comparación con los días anteriores.
«Hay más de 400 periodistas que están bajo protección del mecanismo y aún así tenemos una cifra bastante alta de periodistas asesinados en 2019, casi uno por mes», señaló la activista. Incluso, dos de los periodistas asesinados en el año estaban comprendidos en el programa de protección, que otorgaba custodias o botones de pánico a los trabajadores de la prensa en peligro.
Según Flores, esos casos son la demostración de que el programa de protección «ha tenido grandes fallas en su implementación», tanto por la falta de «fortalecimiento interno» del programa como por «los recursos humanos y económicos» que tiene a disposición.
Otro fenómeno que preocupa a la delegación mexicana de Reporteros Sin Fronteras es que la violencia hacia los periodistas se está extendiendo en territorio mexicano, alcanzando en 2019 a estados como Quintana Roo o Guanajuato, que «antes no aparecían» en el mapa de los crímenes.
De todas maneras, hay zonas del país que continúan siendo especialmente peligrosas para ejercer el periodismo. Es el caso del Estado de Tamaulipas, en el límite con EEUU al norte, que sigue concentrando la mayor cantidad de asesinatos de periodistas. Lo siguen por detrás otros territorios como Veracruz, Guerrero o Oaxaca.