América Latina y su lucha para controlar la expansión de «enfermedades reemergentes» 

La mayoría de los países de América Latina están logrando controlar en el año que termina la expansión de enfermedades reemergentes como el sarampión, la difteria y la leishmaniasis, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

«En comparación con el año pasado, en algunos lugares han descendido, [y] globalmente han descendido un poco; en otros han tenido otras evoluciones, pero se está tendiendo hacia un control de la situación en toda América Latina», dijo el asesor en enfermedades transmisibles de la OPS en Uruguay, Roberto Salvatella.

Las enfermedades reemergentes son aquellas que se consideraban controladas o desaparecidas y que en los últimos años volvieron a constituir una amenaza sanitaria.

El sarampión y la difteria, infecciones muy contagiosas, se previenen con vacunas.

Su reaparición obedece a la globalización, la menor cobertura de vacunas en otras regiones, como Europa, y «quizás en algunos países alguna baja de los sistemas de salud en cuanto a dar respuesta preventiva a estos problemas», dijo Salvatella.

El cambio climático influye en la dispersión del vector de la leishmaniasis, la mosca lutzomyia, que disemina el parásito causante de esta zoonosis.

El sarampión regresó a las Américas, luego de que en 2016 esta fue la primera región del mundo en ser declarada libre del virus por la OPS.

Entre enero y octubre de este año se notificaron a la OPS 11.487 casos en 14 países y territorios, y el año pasado habían sido 8.091 casos en 11 países.

Pero la tendencia creciente se atenuó, particularmente por la trayectoria de Venezuela, que pasó de 5.525 casos en 2018 a solo 520 en el mismo período de 2019.

El país que empeoró de forma más marcada fue Brasil: tuvo 2.192 casos en 2018 y 9.304 este año, seguido de EEUU, que reportó 142 entre enero y octubre del año pasado y escaló a 1.250 en 2019.

Cayó la mortalidad del sarampión: hubo 85 muertes entre enero y octubre del año pasado (73 de ellas en Venezuela) a 14 en el mismo lapso de 2019.

Los últimos datos de la OPS marcan el menor número de casos nuevos de leishmaniasis en la región (46.041) en 2018, seguido de 2015, cuando se registraron 46.074.

La reducción se registró en la mayoría de los países, con excepción de Bolivia, Venezuela, El Salvador, Guatemala y Guyana, que tuvieron aumentos de 37%, 12,3%, 13,6%, 34,7% y 28,5%, respectivamente.

En 2019, sólo Haití y Venezuela reportaron a la OPS casos de difteria. El año pasado, también Colombia había notificado infecciones.

Haití tuvo 11 casos y dos fallecidos en 2019 y 105 casos y 14 muertos el año pasado; mientras Venezuela registró 384 casos este año y 1.208 en 2018.

Venezuela

Este año en el Hospital Clínico Universitario de Caracas se han visto «entre dos y tres casos mensuales de difteria [en adultos] y en este momento tenemos un caso hospitalizado», dijo la médica infectóloga y jefa del Departamento de Infectología de ese centro, María Eugenia Landaeta.

El hospital llegó tener cinco o seis pacientes de sarampión internados a la vez, pero parece que la «epidemia» se está estabilizando porque desde noviembre no hubo internaciones, dijo Landaeta.

Uruguay vacuna a migrantes

Para prevenir el sarampión, Uruguay exige desde hace un año y medio el carné de vacunaciones a los extranjeros que quieran residir en el país.

«Los migrantes que hemos tenido son fundamentalmente centroamericanos y venezolanos y muchos de ellos venían sin las vacunas», dijo el viceministro de Salud, Jorge Quian.

En Uruguay no hay difteria porque «existe muy buena cobertura de vacunación, lo mismo pasa con el sarampión, hubo nueve casos importantes y ninguno autóctono [adquirido por el virus existente en el país]», sostuvo Quian.

Más del 90% de los niños están vacunados contra el sarampión, y a los adultos se les inoculó hace años, «por eso pensamos que no vamos a tener brotes», agregó.

En cambio la leishmaniasis «se ha instalado en los departamentos de Artigas y Salto [noroeste]», adonde llegó desde Brasil.

«Según los expertos, la mosquita transmisora se ha desplazado por el fronterizo río Uruguay de norte a sur», explicó el viceministro.

Más de 90% de los perros que tenían leishmaniasis en Salto fueron sacrificados, cuatro personas contrajeron la enfermedad y una falleció.

A Uruguay le preocupa también el dengue, del que está libre, porque en «Brasil, Paraguay, Colombia y Perú ha habido una gran epidemia», dijo Quian.

Brasil complicado

El sarampión reapareció en Brasil en 2018, con brotes en 11 estados, según el Ministerio de Salud, que este año lanzó una campaña nacional de vacunación, llegando a casi 97% de los niños de un año.

La difteria viene disminuyendo desde 1990; entre 2008 y 2017 hubo 10 muertes y el año pasado, un caso, mientras la cobertura de la vacuna pasó de 66% en 1990 a más del 95% en 2015.

La leishmaniasis empezó en el ámbito rural, pero cada vez se da más en centros urbanos, con una media de 3.500 casos anuales y una mortalidad en aumento.

El Ministerio de Salud actúa en tres frentes: vigilancia de los casos humanos, control del transmisor y de las reservas infectadas.

En julio se anunció un fondo de casi seis millones de dólares para financiar investigaciones que mejoren el diagnóstico de leishmaniasis y otras enfermedades.

Situación en la región

En Argentina hay 73 casos de sarampión, de los cuales 64 son autóctonos, informó la Secretaría de Salud a principios de este mes.

El brote se detectó a comienzos de septiembre y es el «mayor desde la eliminación de la circulación endémica del sarampión, certificada en 2016 por la OPS», indicó la dependencia.

De esos 64 casos, 32 corresponden a niños de entre uno a cuatro años, por lo que la cartera de Salud actualizó los calendarios de vacunación en esas edades.

Hasta el 30 de noviembre pasado se confirmaron 228 casos de sarampión en Colombia y permanecían en estudio 436; de ellos 29% son importados.

En cuanto a la difteria, desde hace 15 años no se presenta un caso autóctono, según la Dirección de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud.

En 2019 se registraron nueve casos de leishmaniasis visceral (la forma más grave de la enfermedad), siete autóctonos y dos importados, según el Instituto Nacional de Salud.

Colombia es el segundo país de Sudamérica, después de Brasil, donde más se presenta esta patología.

La cobertura de vacunación es amplia, el 95,4% en los niños de un año están inmunizados contra el sarampión, según el Ministerio de Salud.

Chile eliminó el virus del sarampión en 1992, pero en noviembre de 2018 hubo un brote y desde entonces se han detectado 28 personas infectadas, la mayoría menores de un año, que aún no tienen la vacuna; el Gobierno ha reforzado las campañas de vacunación.

La difteria no registra brotes desde 1996.

Las autoridades cubanas aseguran que el último caso de sarampión data de 1993, sin embargo, la OPS informó de un caso este año.

La difteria fue eliminada en 1979 y la leishmaniasis tampoco existe en Cuba, según las autoridades sanitarias.

En marzo, Perú reportó el primer y único caso de sarampión en 2019, padecido por mujer que entró al país procedente de España.

El Ministerio de Salud puso en marcha en abril un Plan Nacional contra la enfermedad por el que vacunó a 250.000 menores de 15 años.

En Bolivia, la principal alerta epidemiológica del año fue en julio por la reaparición de fiebre hemorrágica en una región tropical al norte de La Paz, que dejó tres muertos.

Esa fiebre, provocada por el arenavirus machupo que transmiten las ratas, causó alarma porque ocurrió a unos 500 kilómetros de un municipio del departamento amazónico de Beni donde en 1950 y 1960 había dejado centenares de muertos.

Una masiva movilización de personal sanitario logró apagar el brote.