Miles de mujeres marcharon el miércoles en diferentes ciudades de Chile en demanda de una educación no sexista y en contra de los acosos sexuales en la academia, en medio de una creciente presión por cambios en una de las sociedades tradicionalmente más conservadoras de la región.
La convocatoria fue realizada por agrupaciones de estudiantes universitarios y secundarios, junto a otras organizaciones feministas, que protestan por una seguidilla de denuncias de violencia de género y la falta de protocolos que protejan los derechos de la mujer.
«Entendemos que hoy esto es un conflicto sistemático, es un conflicto cultural que no se va a solucionar ni con una toma, ni con una marcha, sino que tenemos que unirnos», dijo Amanda Mitrovich, una dirigente universitaria.
«Todas las mujeres estamos parando, nos estamos movilizando con respecto a esto, porque estamos cansadas de la violencia de género. Exigimos a las instituciones que se pongan al tanto y al ritmo de lo que está pasando socialmente«, agregó.
Las manifestantes entonaron cánticos y desplegaron cientos de pancartas alusivas a una cultura patriarcal, especialmente en las universidades. «Ni terroristas, ni delincuentes, estudiantes conscientes», decía uno de los carteles exhibidos en la marcha realizada en la principal avenida de Santiago.
«El patriarcado ya no nos asusta», decía otra pancarta junto a otro cartel afirmaba: «37 denuncias de abusos solo este año en la UC (Universidad Católica). ¿Cuántas aún callan?».
En uno de los puntos más llamativos de la marcha, un grupo de mujeres encapuchadas, vestidas con botas negras y jeans, se quitaron sus camisetas en las cercanías del palacio presidencial y a torso desnudo protestaron contra la violencia y el machismo. El acto se repitió frente a la Universidad Católica.
Entre las principales demandas de las estudiantes destacan una educación no sexista, vinculada especialmente a un lenguaje discriminatorio de docentes en las aulas, bibliografía y el estigma que se le asigna a algunas carreras.
Otra de las exigencias del movimiento es la creación o mejora de protocolos internos para enfrentar las situaciones de acoso o abuso, junto a denuncias contra docentes que muchas veces no avanzan en las investigaciones.
«Los protocolos son perfectibles», admitió Ignacio Sánchez, rector de la Universidad Católica.
Un inusual contingente femenino de la policía acompañó especialmente la trayectoria de la marcha de las estudiantes en la capital. Un grupo de encapuchados atacó con botellas, palos y piedras a parte de las funcionarias, acción que fue repudiada por las mismas estudiantes y desde el gobierno.
En paralelo a la movilización, en la sede del Congreso en el puerto de Valparaíso también se abordaron las denuncias y demandas de las estudiantes.
«Tenemos una deuda en materia de equidad de género y que estamos dispuesto a trabajar en ello», dijo el ministro de Educación, Gerardo Varela, en una presentación ante una comisión del Senado.
Junto con la marcha, las estudiantes han ocupado y paralizado las clases en decenas de facultades, universidades y colegios públicos, lo que cuenta además con el apoyo de profesores y el respaldo de algunos directores.
Con información de Reuters