La Fundación Chilena para la Discapacidad (FChD) lanzó la Guía de Buenas Prácticas que busca facilitar la accesibilidad de personas con alguna limitación a estos espacios de conversación porque muchas veces estos mismos ponen distintas barreras físicas y sociales.
El plebiscito de abril que fijará el futuro de la actual Constitución que rige el país está cada vez más cerca y la ciudadanía ya se prepara a través de los Cabildos y Diálogos Ciudadanos para comprender su alcance y participar con el voto ya sea por el rechazo o aprobación de una nueva Carta Fundamental.
Lamentablemente, distintas investigaciones evidencian que la participación ciudadana es muy baja en este tipo de espacios de conversación entre las personas en situación de discapacidad en Chile, pese a que estas sumas más de dos millones. ¿Por qué? el principal motivo sugiere que el mismo entorno pone distintas barreras físicas y sociales.
Para permitir la participación, real y efectiva, de todas las personas en este relevante proceso, independiente de cómo leen, escuchan, ven, acceden a la información o cómo se desplazan, la Fundación Chilena para la Discapacidad lanzó la Guía de Buenas Prácticas para la participación de personas en situación de discapacidad en Cabildos y Diálogos Ciudadanos año 2020.
“Esta guía elaborada por el área de Estudios y Publicaciones de nuestra fundación detalla orientaciones para abordar a distintas personas en situación de discapacidad y adicionalmente establece algunos lineamientos que permiten abordar la temática desde una manera transversal”, indicó Matías Poblete, presidente de la Fundación Chilena para la Discapacidad.
“Por ejemplo, se recomienda que los organizadores de estos eventos no separen a las personas en situación de discapacidad de las demás, por el contrario, busquen fomentar la inclusión de forma real y efectiva. Es una buena práctica que los medios a través de los cuales se convoca y se informa, como también los diálogos en sí mismos utilicen texto en sistema Braille, texto magnificado ampliado, sistemas de lectura de documentos e interpretación de lengua de señas”, describió.
Cuidadores y lenguaje inclusivo
A su vez, Poblete hizo hincapié en incluir al círculo cercano de las personas con discapacidad, entre ellos, sus cuidadores.
“Como elemento de representación, se debiese incitar la participación de las y los cuidadoras/es y las familias de personas con discapacidad. Para lo cual es muy relevante considerar mecanismos que permitan conocer su opinión. Se recomienda a los organizadores de estas instancias, propiciar que otra persona especializada reemplace temporalmente al cuidador para que éste pueda asistir en tranquilidad a la actividad convocada”, precisó.
El uso del lenguaje inclusivo es fundamental, ya que, según Poblete, aún parte de la ciudadanía continúa tildando a esta población como minusválidos o personas diferentes.
“Todas las personas tienen los mismos derechos, por eso, es adecuado actuar de manera natural, más allá de si la persona vive o no con ciertos problemas físicos, sensoriales, psíquicos o mentales. Además, tenemos que disponer del tiempo necesario para permitirles comunicarse por sí solas”, graficó.
“En el caso de las personas con discapacidad auditiva, debemos modular sin exagerar y no subir el tono de la voz a menos que la persona lo solicite. Se recomienda no aislar y buscar intérpretes de lengua de señas y tecnologías para facilitar la comunicación”, agregó.
Por último, Poblete llamó a que haya transversalidad en este tipo de instancias para abordar de manera más integral las problemáticas del mundo de la discapacidad. “Es mucho más importante y más beneficioso que las personas en situación de discapacidad participen en diálogos donde asistan quienes no se encuentran bajo alguna limitación, ya que así será posible dar a conocer sus problemáticas y proponer soluciones a ellas”, concluyó el presidente de la Fundación Chilena para la Discapacidad.