MULCHÉN – Sin duda alrededor de todo el país se sintió la fuerza femenina más que nunca este ocho de marzo y Mulchén no podía estar excepto de esto, ya que en poco tiempo se han dado dos casos de femicidio que han provocado conmoción nacional.
A través de pancartas, marchas y una emotiva conmemoración a Ana Pilar Viveros Echeverría (47) y Carolina Villegas Viveros (29), se vivió este histórico día en que un gran número de mulcheninas salieron a la calle con valentía y fuerza para exigir sus derechos, pero también para sacar la voz por estas dos mujeres que fueron silenciadas para siempre y que da la coincidencia eran familiares, por tanto, el dolor ha sido doble para la familia, quienes organizaron una velatón que se desarrolló en las escalinatas del tradicional convento de la comuna.
Katherine Villegas Viveros, hermana de Carolina, sostiene que “cuentan algunos medios que ella fue asesinada un siete de septiembre, pero que no fue así, ya que fue el día cuatro de ese mismo mes cuando ella perdió la vida, lo que incluso fue corroborado por su agresor y ex pareja, José Aguilera Poblete. Él no se entregó por cuenta propia, sino porque mi hermano lo funó a través de las redes sociales, de lo contrario lo hubiese hecho luego de cometer su delito. Luego de esto, mi papá y mi primo pudieron encontrar el cuerpo de mi hermana en el lugar donde estaba muerta con un embarazo de seis meses”.
Ya pasados algunos meses, sostiene que lo que su familia busca es justicia y que se cumpla lo que sostiene la Ley Gabriela, ojalá entregándole la condena máxima, ya que sienten que no es justo él que pueda salir fácilmente a la calle después de haber apagado dos vidas. Así mismo, deja en claro que no guardan ningún rencor con la familia del agresor, ya que afirman que ellos están sufriendo al igual que ellos por lo sucedido.
Carolain Toledo Viveros, hija de Ana, cuenta que “mi mamá fue asesinada en su casa del campo junto a su pareja el día 17 de febrero de este año. Esto a pesar que su agresor y ex pareja, Manuel García Pereira, mantenía una orden cautelar desde el 20 de enero (…) ella afortunadamente logró salir de la casa y no fue calcinada, pero recibió puñaladas en la zona del cuello y a pesar de eso, logró llegar a la casa de mi abuelita, pero su pareja sí quedó atrapado adentro, ya que el agresor lo encerró en la casa después de apuñalarlo a sangre fría para luego quitarse la vida con un arma blanca”.
Añade que “como familia estamos desechos y lamentablemente no vamos a tener la justicia que quisiéramos, porque el asesino se mató y por eso queda la rabia de saber que la orden cautelar no sirve para nada y sólo esperamos que la nueva Ley Gabriela se cumpla para que las mujeres nos sintamos realmente protegidas y no tengamos que andar con miedo porque alguien se atreva a hacernos daño”.
Dos casos de femicidio que –sin duda- son imposibles de olvidar y que en otro momento quizás pudo ser silenciado o ignorado, pero ahora nunca más.