SANTIAGO – Ante la alerta mundial por la propagación del coronavirus y siendo una realidad el potencial riesgo que enfrentamos como país, el Partido Comunista declara que es el Estado de Chile el responsable de establecer sin dilación las medidas sanitarias, financieras y administrativas que el actual escenario demanda. Se trata de un riesgo real, que con las medidas sanitarias y una política pública de salud robusta podría resolverse con el menor costo para la población.
Nos encontramos ante un gobierno y autoridades de salud nacionales que no cuentan con la confianza ciudadana, cuyas medidas son insuficientes en respuesta al alto riesgo que nuestra población enfrenta. Han debido tomar la iniciativa las municipalidades, las universidades y muchos hospitales y servicios ante la falta de una política sanitaria nacional y coherente. Estas son manifestaciones de la carencia de un liderato claro y confiable y denota falta de conducción en el Ministerio de Salud, que afecta a todo el sistema de salud pública cuyos profesionales y trabajadores son los que con esfuerzo enfrentan minuto a minuto las situaciones que se van produciendo y con un alto riesgo. El Ministro de salud no se ha demostrado con la capacidad y la credibilidad como para liderar una campaña de esta naturaleza.
Hoy es de absoluta prioridad y urgencia establecer medidas contundentes y concretas con el objetivo de evitar los contagios del COVID-19 en nuestro país, por esto planteamos medidas drásticas, tales como el cierre de fronteras del país a la llegada de viajeros desde países de alto riesgo y un control muy estricto en la fronteras de países vecinos en colaboración con ellos, evitando la posibilidad de entrada del virus y un óptimo control del mismo dentro del territorio.
Por ello es de la máxima urgencia que la autoridad sanitaria establezca protocolos estrictos y estandarizados, los que a la fecha han sido poco claros e insuficientes.
Es de necesidad desplegar urgentemente una campaña de educación sanitaria que entregue elementos claros y no contradictorios a la población, de como actuar en cada circunstancia, a quien acudir, como asumir los controles y las cuarentenas, junto a ello establecer más medidas preventivas de ayuda controlando la especulación y los altos precios en cuestiones tan básicas como el alcohol gel o mascarillas sobre cuyo uso tampoco hay protocolos únicos.
Además de las incompetencias de gestión, el Ministerio de Salud carece de unidad estructural, como consecuencia del desmontaje del Servicio Nacional de Salud por la Dictadura y la dispersión de sus atribuciones en múltiples servicios regionales. En este escenario, hoy es de vital importancia la conformación de un Equipo Multidisciplinario que aborde de manera seria y eficiente el control de la transmisión de esta enfermedad y los riesgos que esta conlleva.
Desde el punto de vista de la prevención debe establecerse una especial vigilancia a los grupos de mayor riesgo de contagio y complicación de la enfermedad, definiendo para ello los recursos y esfuerzos necesarios para lograr este objetivo, no bastan los anuncios generales.
El Estado debe destinar todos los recursos económicos, físicos, humanos y de equipamiento necesarios para enfrentar la situación actual, tanto para la prevención como para la educación sanitaria. El financiamiento señalado, así como las camas de urgencia disponibles aparecen como insuficientes, más aun ante el déficit estructural que arrastra la salud pública. Exigimos que todas las medidas que deban tomarse estén lejos de todo posible mercantilismo y no sea una oportunidad de subsidiar a la medicina privada al focalizarse la acción sólo en la curación de las posibles complicaciones, como se ha establecido por parte del gobierno al día de hoy. En Francia y en España los gobiernos han puesto a todos los servicios de salud privada a disposición del Estado ante la contingencia, lo que en Chile sería una medida muy razonable.
Es una gran responsabilidad del Estado garantizar que todos los establecimientos de salud puedan contar con una óptima capacidad de respuesta ante las situaciones epidemiológicas que pudieran presentarse, garantizando además la protección de los trabajadores de salud, que son hoy los más expuestos en el enfrentamiento del COVID – 19, por lo que exigimos que se les garanticen las mejores condiciones tanto laborales como sanitarias.
Nos enfrentamos a una situación compleja, por tanto exigimos respuestas adecuadas a esta crisis, por esto demandamos la total gratuidad en la cobertura del examen diagnóstico del COVID-19 para el conjunto de la población de nuestro país. No es aceptable que ante la actual emergencia sanitaria el gobierno establezca diferencias de pago entre pacientes ISAPRE y FONASA. La población chilena es una sola y todos tienen Derecho a la Salud, como lo exige la multitudinaria movilización social.
No está claro si el gobierno ha solicitado ya asesoría o colaboración para contar con las fórmulas más eficaces ya probadas en otros países en el tratamiento del COVID-19 como lo hacen otros países.
Se necesita más transparencia respecto a todas las medidas que se tomarán. De nuevo el Presidente ha anunciado la posibilidad de decretar el Estado de Emergencia, la pregunta es ¿cuál es su finalidad exacta? La ciudadanía no aceptará que se trate de tomar ventajas políticas o sortear sin solución la crisis social, política y económica que vive el país o se pretenda posponer indefinidamente el proceso constituyente. El coronavirus es una amenaza real, pero no puede transformarse en una válvula de escape para el gobierno, ni para el sistema injusto que el pueblo exige cambiar.
La aparición de esta pandemia debe servir para tomar conciencia de la importancia de contar con un Sistema de Salud Estatal fuerte en los aspectos de infraestructura, recursos humanos y financiamiento. Nuestra red pública ha sido sistemáticamente debilitada en los últimos 45 años y eso puede afectar nuestra capacidad de respuesta ante una crisis como esta. En el mismo sentido, se hace imperativo el fortalecimiento de la Atención Primaria de Salud, la prevención y la vigilancia epidemiológica, todas actividades que no son valoradas en la economía de mercado.
Exhortamos al gobierno a tomar medidas reales y enérgicas que permitan prevenir el contagio del COVID-19 en nuestro país, desarrollando un fuerte trabajo preventivo y una preparación adecuada que nos permita enfrentar los posibles contagiados por medio del fortalecimiento de la red de salud con una alta resolutividad, solo así podremos desafiar con éxito el riesgo sanitario al que nos vemos enfrentados.
Llamamos a la población a enfrentar la situación con serenidad, evitando el pánico e implementando las medidas adecuadas de prevención del contagio, como lo ha hecho el sistema público en conjunto con la comunidad en el pasado, para enfrentar con éxito situaciones como la actual.