LA PAZ (Sputnik) — Más de 200 bolivianos se congregaron en la frontera con Chile reclamando que el Gobierno de La Paz les permita ingresar de vuelta a su país, como ocurrió con un primer contingente de 480 migrantes que lograron ingresar el pasado fin de semana, reportó el diario Página Siete.
«En la mayoría de los casos están retornando a Bolivia por temas laborales porque la pandemia del coronavirus los dejó sin trabajo», dijo a ese diario el alcalde del pueblo fronterizo chileno de Colchane, Javier García.
El gobierno transitorio boliviano ha cerrado las fronteras por la cuarentena contra la pandemia, aunque autorizó en las dos últimas semanas la salida de más de un millar de extranjeros, en vuelos especiales, y resultó forzado por presión interna y externa a dar paso el 4 de abril al retorno del grupo de 480.El director de Migración, Marcel Rivas, declaró a Página Siete que el nuevo grupo de migrantes podría ser repatriado solo cuando termine la cuarentena de 14 días de los que cruzaron la frontera altiplánica el sábado 4.
El alcalde de Colchane dijo que entre los bolivianos empeñados en retornar había muchos que quedaron desempleados por el cierre de empresas chilenas de construcción y comercio, algunos que no tenían residencia legal y otros que volvían «por temor al contagio y porque quieren estar con sus familias».
«Estamos sorprendidos de la cantidad de personas que quieren regresar a su país (Bolivia), porque cada vez llegan más», añadió García.
El diario citó a personas no identificadas dentro del grupo que pretendía cruzar la frontera asegurando que habían llegado sacrificadamente a pie hasta la frontera.
«Son 150 kilómetros que hemos caminado, todos necesitamos ayuda como bolivianos, queremos entrar a Bolivia, somos bolivianos, hay niños, personas de la tercera edad, no hemos comido nada», dijo uno de los caminantes.El grupo de 480 pasaba la cuarentena en un campamento levantado por el ejército boliviano en las afueras del pueblo fronterizo de Pisiga.
Entre los bolivianos que se apretujaban en campamentos improvisados en el lado chileno de la frontera había mujeres, niños y ancianos, según Página Siete.