¿Cómo viven el duelo los familiares de las personas que fallecen por COVID-19? ¿Qué implicancias tiene el despedirlos con medidas sanitarias estrictas? ¿Cómo se puede apoyar en momentos de aislamiento social y en que un abrazo puede ser medio de contagio? Las respuestas a estas preguntas las entrega Ricardo Prieto, psicólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile (HCUCH).
En la actualidad el proceso de duelo puede ser aún más doloroso especialmente para aquellas personas cuyo familiar falleció a causa de la Covid-19. Es que los protocolos de salud ante el riesgo de contagio son muy estrictos y las familias no tienen la posibilidad de realizar los rituales de despedida tradicionales, que en muchos casos permiten aminorar la pena que produce la partida de un ser querido.
«El modo de vivir los duelos siempre es diferente y único en cada persona, por lo que en las circunstancias actuales tenemos que estar aún más atentos a quienes estén pasando por esta situación de vida, a la cual se agrega que algunas personas tienen que vivir sus procesos de duelo en completa soledad o en la incertidumbre de una cuarentena preventiva por sospecha de enfermedad”, indicó Ricardo Prieto, psicólogo del HCUCH.
El profesional además señaló que en el estado actual de incertidumbre es importante comunicarse con las personas con las cuales se pueda y se quiera compartir los sentimientos que el duelo genera. “Uno de los desafíos que tenemos como sociedad es transformarnos en comunidad, afrontando los duelos lo más acompañados posible. Por ejemplo como lo hacen en otras culturas, como la tibetana, donde toda la comunidad se ocupa de brindar el apoyo emocional, espiritual y práctico a la persona que sufre la pérdida de un cercano”, enfatizó.
¿Qué implicancias tiene el no poder despedirse de sus seres queridos como se hace tradicionalmente?
Puede tener múltiples implicancias. Este modo de vivir los duelos se caracteriza por presentar un dolor adicional a la pérdida del familiar, ya que al no ver los cuerpos se generan dudas. Puede ser también, por ejemplo, que con el tiempo se mantenga la esperanza —asociada a la negación—, de que en algún momento la persona perdida pueda aparecer en la cotidianeidad familiar.
¿Cómo levantarse nuevamente después de perder un ser querido en la pandemia?
Una de las formas posibles de enfrentar este proceso de pérdida es comenzar considerando que la pena y el dolor ante la partida de un ser querido es “normal” y en este sentido, uno se puede permitir expresar las emociones, tales como pena, culpa y rabia.
En algunos casos, va a ser necesario restaurar el sentido de la vida y para ello se recomienda utilizar todas las herramientas disponibles para recobrarse del duelo, como por ejemplo reconocer la pérdida de manera paulatina, lo que incluye la irreversibilidad y los cambios en las rutinas diarias.
También es importante observarse y permitirse aceptar ayuda externa. Si la persona se lo permite, dándose tiempo y permiso, un proceso de duelo puede ser una oportunidad para salir fortalecido ante nuevas experiencias de la vida.
¿Cómo puede apoyar el entorno?
El entorno de los deudos puede ser fundamental para apoyar en la recuperación; sin embargo, esto va a variar dependiendo de la complejidad de cada caso.
En términos generales, en la actualidad se recomienda acompañar a los familiares mediante mensajes de apoyo que sean sinceros, genuinos y compasivos frente al dolor y el sufrimiento, pero a la vez cuidadosos de las palabras que se utilicen, ofreciendo espacios de escucha en el momento en que la persona lo requiera.
En este momento de dolor, el que las personas puedan afrontar su duelo acompañadas de otros, le podrá dar ciertas certezas cuando todas las certezas están cayendo.
¿Cómo acompañar en una situación de aislamiento social?
Por ahora, los medios digitales son la principal vía de comunicación y se deben utilizar con el debido criterio, transmitiendo sentimientos de esperanza hasta que recuperemos la posibilidad de mirarnos y abrazarnos en persona.
Además, es muy importante respetar los tiempos de cada deudo, ya que el manejo que se tenga de esto va a ser siempre personal y subjetivo, por lo que el entorno debe acompañar sin apurar los procesos. En ocasiones, el poder transmitir a otra persona “cuenta conmigo” genera la sensación de acompañamiento ante el dolor.