WASHINGTON (Sputnik) — La Corte Suprema de EEUU despejó el camino para que los fiscales de Nueva York obtengan las declaraciones de impuestos del presidente Donald Trump, aunque el fallo también significa que el gran jurado probablemente no hará públicos esos documentos hasta después de elecciones en noviembre.
En un fallo separado, la Corte Suprema se negó a hacer cumplir las citaciones de tres comités del Congreso que buscaron gran parte de la misma información, enviando el caso a los tribunales inferiores que habían ordenado a Trump entregar los registros.
Ambas decisiones fueron respaldadas por siete jueces en la Corte Suprema, de nueve miembros, con dos jueces disidentes.
El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, escribió que ningún ciudadano, ni siquiera el presidente, está exento del deber de presentar las pruebas necesarias en una investigación penal.
Los medios corporativos estadounidenses han caracterizado la opinión como un fallo importante, que limita el alcance del poder presidencial, similar a las decisiones que obligaron al expresidente Richard Nixon a entregar las grabaciones realizadas en la Oficina Oval, y al expresidente Bill Clinton a entregar pruebas en un caso de acoso sexual.
El fallo sobre las citaciones del Congreso, también escrito por Roberts, citó la doctrina de la separación de poderes en la Constitución de los Estados Unidos, que protege al Congreso y la presidencia unos de otros.
«Sin límites en sus poderes de citación, el Congreso podría ejercer un ‘control imperioso’ sobre el Poder Ejecutivo y engrandecerse a expensas del Presidente, tal como temían los ‘Framers'», consigna el fallo, en referencia a los delegados de la convención constitucional encargados en 1787 de las propuestas para la Carta Magna de EEUU.
El Tribunal Supremo dijo que los tribunales inferiores no habían considerado adecuadamente la doctrina de la separación de poderes.