El rey emérito de España sacó grandes cantidades de dinero de la fortuna que ocultaba en un banco de Ginebra después del accidente en Botsuana en 2012.
La cuenta en Suiza de Juan Carlos I sigue desvelando supuestas actuaciones ilícitas. El rey emérito retiró cinco millones de euros antes de cerrarla, en 2012. Este último movimiento se produjo después de cuatro años (el tiempo que estuvo abierto el depósito) de extracciones de grandes cantidades de dinero. Según los documentos publicados por El Confidencial, el importe de esta fortuna oculta en el banco Mirabaud de Ginebra nunca descendió de 60 millones de euros, a pesar de que periódicamente se sacaban entre 200.000 y 300.000 euros, debido a un rendimiento bursátil de hasta un 7,7% anual.
Cuando se cumplían cuatro años desde la apertura (en agosto de 2008), el monarca tuvo que clausurar la cuenta. El accidente que tuvo en Botsuana mientras cazaba junto a su amante Corinna Larsen precipitó el final de la colaboración con Mirabaud. Los responsables de la entidad se mostraron inquietos por la existencia de esos fondos, que presumiblemente procedían de comisiones por la construcción del AVE a La Meca en Arabia Saudí.
Además, Juan Carlos I disolvió una estructura empresarial offshore asesorada por los abogados Dante Canónica y Arturo Fasana. En la cabeza se encontraba Lucum Foundation, una fundación radicada en Panamá con la que operaba sin tributar en España. El registro de esta compañía revela que el rey extraía grandes cantidades de dinero con un ritmo constante y que incluso sus testaferros sacaban las cantidades en billetes que luego trasladaban a la Zarzuela para uso de la Familia Real.
El último movimiento de la cuenta, además, fue una presunta donación a Larsen. La empresaria alemana confesó en unas grabaciones del comisario Villarejo que Juan Carlos recibía millones en cash y que incluso tenía una máquina para contarlos. También le confiesa, según ha publicado OkDiario y siempre sin saber que estaba siendo grabada, que el sultán de Omán le regaló un piso en Londres valorado en 55 millones de euros. Ella le disuadió de ponerlo a su nombre por la dificultad de justificar la compra y le animó a la venta.
«Es como lo del piso aquí, en Londres, que le regaló el emir [en realidad es sultán] de Omán. Lo han vendido a alguien que ha pagado 50 millones de libras. Lo ha vendido hace poco a otro árabe, un joven. Ha sido una venta inside» (una forma de decir «secreta»).
Entre enero y el 11 de junio de 2012, el rey emérito sacó 4.912.870 euros, tal y como se comprueba en el dossier de Mirabaud. Las operaciones se rubrican con la firma de Juan Carlos I, «en prueba de conformidad». Antes, Juan Carlos I había incrementado su fortuna en 1.465.296 euros por la inversión del patrimonio oculto en diversos productos financieros. Por eso, a pesar de los casi cinco millones que extrajo, aún disponía de más de 66 millones de euros. Sus acciones y fondos de inversión le llegaron a dar beneficios de un 7,7% en 2009. En concreto, según un documento de la contabilidad interna de Lucum Foundation, el saldo al finalizar 2008 era de 67.841.144 euros, tres millones de euros más de lo que había recibido unos meses antes desde Arabia Saudí.
Y en los 12 meses siguientes, Juan Carlos I retiró un total de 3.193.819 euros, provocando que los activos descendieran hasta los 64.647.325 euros. Sin embargo, la cuenta llegó al 31 de diciembre de 2009 con un saldo de 69.752.505 euros. Las diferentes inversiones generaron beneficios al monarca en ese año de 5.105.180 euros. Una cantidad suficiente para seguir disponiendo periódicamente de grandes sumas de efectivo sin que se resintiera el importe del depósito.
Todos estos documentos están siendo investigados por la Fiscalía del Cantón de Ginebra y la Fiscalía del Tribunal Supremo español. Las acusaciones se deben a blanqueo de capital y supuestas comisiones ilegales. Los escándalos han sacudido la Casa Real. El pasado marzo, el príncipe Felipe VI le suspendió la partida presupuestaria estatal y renunció a su herencia. Algunos grupos políticos han pedido una comisión de investigación en el Congreso por las actividades del monarca y Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, sugirió una revisión de la Constitución para suprimir la inviolabilidad del rey.