SANTIAGO – Actividades para resguardar el bienestar socioemocional de niños, niñas y jóvenes y de priorización curricular en áreas como artes y matemáticas; y condiciones para el buen tránsito a través de las distintas etapas desde la educación remota a la educación presencial, son algunas de las nuevas recomendaciones de la Mesa Social COVID-19 en Educación.
La crisis sanitaria ha obligado a cerrar jardines, escuelas y liceos del país y de la mayor parte de los países afectados, generando gran impacto sobre el sistema educacional, cuyos directivos y docentes han desplegado diversas estrategias para seguir brindando educación en este contexto.
En ese escenario, la mesa social en educación COVID-19, coordinada por las universidades de Chile y Católica, ha generado propuestas y orientaciones para dar continuidad al proceso educativo no sólo en este periodo de educación remota, sino también más adelante cuando se retomen las clases presenciales. Se trata de un trabajo interuniversitario, que ha contado la participación de académicos y académicas de 20 universidades y centros de estudio en un proceso de colaboración destinado a entregar propuestas para los tomadores de decisión y los actores del sistema educacional con el objetivo de enfrentar de la mejor forma la crisis sanitaria.
Este jueves 23, en un seminario encabezada por los rectores de las Universidades de Chile y Católica, Ennio Vivaldi e Ignacio Sánchez respectivamente, se entregó la segunda parte de dichas propuestas, que constituyen una bajada concreta para directivos escolares y profesores y profesoras en temas de liderazgo y didáctica.
“La idea de este trabajo es entregar orientaciones y herramientas pensadas para llevar adelante la priorización curricular y la gestión en el nivel escolar y el nivel del sostenedor. Considerando las distintas realidades y tipos de establecimientos, tanto durante el periodo de educación remota, como para las distintas etapas que deban afrontar las comunidades escolares en respuesta a la crisis, siempre con el objeto de asegurar la continuidad del proceso educativo”, dice Alejandra Mizala, directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación de la U. de Chile, y una de las coordinadoras de la Mesa de Educación; para quien, además, «la preparación para sobrellevar esta experiencia puede ser positiva en el sentido de dotar de nuevas capacidades profesionales tanto a los líderes escolares como a los docentes, lo que en definitiva nos permitirá tener un sistema educacional más resiliente».
En ese sentido, estos dos nuevos documentos contienen orientaciones y recomendaciones concretas tanto para la gestión de los líderes educativos; como propuestas para llevar adelante la priorización curricular en siete áreas disciplinarias con un enfoque de educación integral. El objetivo: garantizar la continuidad de la educación en distintos escenarios que pueden darse en tiempos de crisis: no presencial, presencial y mixto.
Para Magdalena Claro, académica de la Facultad de Educación de la U. Católica y también coordinadora de la Mesa de Educación, “lo que estamos planteando es cómo liderar la tarea educativa considerando escenarios más cambiantes e inciertos como los que estamos viviendo, y que son propios del siglo XXI: Digitalización de las prácticas, crisis sociales, problemas medioambientales o desastres naturales. En este contexto se vuelven centrales principios como la priorización curricular, flexibilidad, agencia e integración en el aprendizaje, considerando contextos presenciales y no presenciales para dar continuidad al proceso educativo para todas y todos los estudiantes del país”.
El primer informe contenía propuestas de política pública para el corto y mediano plazo, que buscaban asegurar el bienestar socioemocional de familias, estudiantes y docentes, abordando la heterogeneidad de las condiciones educativas de los hogares, y minimizando el incremento de la brecha educacional existente en el país. Estas recomendaciones consideran tanto el periodo de educación remota como el retorno a clases presenciales. El informe, que tuvo amplia repercusión, fue presentado el 24 de abril al Mineduc y proponía una serie de recomendaciones en pos del bienestar de las comunidades escolares, así como un currículum de emergencia hasta el 2021, flexibilización de evaluaciones (por ejemplo la suspensión del SIMCE este año) y apoyos específicos a los establecimientos educacionales, entre otras.
Reapertura con la comunidad
El informe sobre liderazgo aborda orientaciones y recomendaciones pensadas para la gestión en el nivel escolar y del nivel sostenedor en diversos contextos y considerando las etapas en las que los centros educativos se encuentran durante el itinerario educativo en respuesta al COVID-19.
A nivel de liderazgo se plantea, entre otros, que la crisis sanitaria requiere no solo reaccionar al momento actual, sino desarrollar capital profesional de liderazgo. Se sostiene que la vuelta de los estudiantes a los centros educacionales requiere nuevas capacidades de desarrollo profesional, puesto que los profesionales de la educación tendrán nuevas demandas y necesitarán desempeñar su trabajo bajo condiciones totalmente nuevas.
El documento también plantea condiciones para la reapertura de los establecimientos educacionales y la continuidad de modalidades de enseñanza a distancia y presencial. Plantea asimismo la necesaria participación del sostenedor, la comunidad escolar y de especialistas en prevención de riesgo en la reapertura de cada centro escolar, así como la necesidad de diseñar e implementar protocolos para asegurar medidas de sanitización y conductuales asociadas a la protección de la comunidad escolar.
“Las orientaciones y decisiones del Ministerio para la vuelta a clases presenciales deberán ser traducidas y adaptadas a las distintas realidades. Este proceso de adaptación debe tener como uno de sus ejes centrales generar en los apoderados y profesionales la confianza que volver al colegio no implica riesgos para su salud. La confianza se basa en transparencia, convicción que lo que prima es el bienestar de las personas y capacidades profesionales y organizacionales para cumplir de manera efectiva con lo comprometido. Lograr estos tres criterios es más fácil cuando la planificación de la reapertura se realiza con antelación a través de un trabajo que integra a los diferentes actores de la comunidad escolar y su entorno”, dice Carmen Montecinos, directora de Lideres Educativos PUCV e investigadora CIAE y una de las autoras del informe sobre liderazgo, junto a Mario Uribe (PUCV) y Paulo Volante (PUC).
Asimismo, recalca la necesidad de tener un sistema de alerta temprana respecto a la forma en que cada estudiante participa tanto de la educación a distancia como de la presencial una vez que se reabran los centros escolares.
Actividades para la educación integral
“Investigar imágenes de una combinación de 2-5 artistas que exploran problemáticas sociales y ocupan técnicas mixtas bidimensionales y escoger de 2-3 artistas para informar su propio trabajo y consideran algunas soluciones que estos artistas usan para crear sus composiciones”. Esta es una de las actividades propuestas para Artes en el informe de Didáctica. A través de más de 400 páginas, hay actividades para llevar adelante la priorización curricular en siete áreas disciplinares: Artes, Ciencias Naturales, Educación Física y Salud, Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Inglés, Lenguaje y Matemática, las que fueron desarrolladas por, académicos y expertos de diversas universidades y docentes del sistema educacional.
“El informe se centró en las didácticas de las distintas disciplinas de acuerdo a la priorización curricular realizada por el Ministerio de Educación. Entrega ideas y ejercicios concretos para trabajar en distintas modalidades de educación a distancia, desde el WhatsApp hasta el trabajo sincrónico usando computador. Además, toma en cuenta la formación integral y el bienestar socioemocional de los y las estudiantes”, explica Carmen Sotomayor, académica del IE, quien formó parte del equipo que coordinó el informe sobre didáctica.
En ese sentido, se proponen actividades de priorización curricular a través de la agencia, esto es, dando oportunidades a las comunidades educativas de diversificar a través de programas que se ajustan a la realidad de sus estudiantes y escuelas; y mediante la integración, es decir, incluyendo e interconectando habilidades cognitivas y socioemocionales a la experiencia de aprendizaje.
“Lo prioritario es el desarrollo de habilidades clave para producir conocimiento en cada área. Por ejemplo, en matemática es la resolución de problemas, en lenguaje surge con más fuerza integrar más lectura escritura y oralidad. No se trata de desechar el currículum actual, si no de priorizar. Para los profesores se hace claro, sobre todo ahora, que tenemos un tiempo acotado para que los estudiantes aprendan y puedan seguir haciendo actividades donde continuemos con sus aprendizajes y ahí nace la necesidad de un currículum centrado en las habilidades”, explica la académica de la Facultad de Educación de la UC y coordinadora del informe de didáctica, Alejandra Meneses.
En cada una, se entregan recomendaciones de enseñanza de cada disciplina en este contexto de crisis, vinculándola con el momento actual y promoviendo el bienestar socioemocional de los estudiantes. Asimismo, se entregan propuestas de actividades sincrónicas y asincrónicas para desarrollar las habilidades fundamentales de cada área disciplinar.
También se entregan propuestas para levantar información sobre la situación socioemocional, económica y la capacidad de trabajo en línea de los estudiantes. Para ello se proponen actividades como tutorías o trabajos en grupo; invitar a profesionales del equipo psicosocial para ayudar a mejorar la organización de los estudiantes, sus rutinas de sueño, entre otros; así como dejar espacios para respirar, mover el cuerpo y generar instancias para verbalizar las emociones en cada una de las asignaturas.
Por Comunicaciones CIAE – U. de Chile.