Una fotografía ha causado un revuelo mundial. Será la portada de agosto de la icónica revista National Geographic y muestra a un cadáver envuelto en plástico en una sala de hospital en Indonesia. La desgarradora imagen expone a lo que nos enfrentamos si no logramos detener la pandemia de COVID-19.
«Sentimos que era absolutamente crucial que esta imagen se hiciera. Para entender y conectar con el impacto humano de este devastador virus«, escribió en su Instagram el fotógrafo Joshua Irwandi, de la National Geographic.
La imagen se publicó en las redes sociales y será la portada de la renombrada revista «como un recordatorio y una advertencia del peligro siempre inminente». También para que sirva como información sobre «el coste humano del coronavirus y de cómo los Gobiernos del mundo han dejado que las cosas lleguen tan lejos. Mientras nos dirigimos hacia la segunda ola de la pandemia, la gente debe darse cuenta de que no puede tomarse este asunto a la ligera», agregó.
La aclamada fotografía retrata a una persona que murió a causa del COVID-19, su cadáver está envuelto en plástico sobre una camilla en una habitación de un hospital. La escena ha provocado reacciones diversas. Hay quienes aplaudieron su trabajo, y otros que reclamaron que el fotógrafo había podido ingresar a la sala donde yacía una persona infectada, lo que no pueden hacer los familiares y allegados de las víctimas del COVID-19.
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Indonesia ha sido uno de los países que más se ha demorado en combatir la pandemia; y uno de los más golpeados. En marzo el presidente, Joko Widodo, promocionó un remedio casero con hierbas como cura de la enfermedad, sin ningún tipo de respaldo científico.
El fotoperiodista de 29 años oriundo de Yakarta, Indonesia, acompañó durante días a los trabajadores de hospitales. En su cuenta de Instagram contó que fue testigo «de primera mano de cómo los médicos y enfermeras arriesgan continuamente sus vidas para salvar la nuestra». Aseguró que ellos son los «verdaderos héroes de esta historia. La única manera de apreciar su trabajo es seguir lo que nos aconsejan».
«Fotografiar a las víctimas del coronavirus en Indonesia es lo más desgarrador y espeluznante que he hecho nunca. En ese momento solo pensaba que lo que le pasó a esta persona podría pasarle a la gente que amo, gente que todos amamos», agregó.
En el país de 270 millones de habitantes, hasta el 23 de julio, había 93.657 personas infectadas y 4.576 muertes, según información de Johns Hopkins University.
«Por favor, comparta esta historia y por favor, actúe. Esta es la pandemia de nuestra vida. Debemos ganar esta batalla», pidió el fotógrafo.