Es del siglo I, pero hasta hoy hay mujeres obligadas a practicarla ¿qué es la ‘mikve’?

Aunque pueda parecer incompatible con el mundo moderno, miles de mujeres (si no millones) mes a mes se preparan para la ‘mikve’: una práctica judía que se cumple rigurosamente, incluso durante la pandemia de COVID-19. Los lugares donde se realizan, son incluso más importantes que las sinagogas. 

La mikve es el espacio donde se realizan los baños de purificación que prescribe el judaísmo, así también se llama a la práctica de sumergirse ahí. Puede ser utilizada tanto por hombres como por mujeres, aunque hoy sólo las mujeres están obligadas a utilizarla de forma ritual siete días después de la culminación de cada ciclo menstrual.

Baño purificador subterráneo antiguo, el mikveh, de la comunidad judía de Siracusa (Italia).
Baño purificador subterráneo antiguo, el mikveh, de la comunidad judía de Siracusa (Italia)
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¿En qué consiste la ‘mikve’?

El término mikve proviene del hebreo, que infiere a la reunión de las aguas. La tevilá (inmersión) en las aguas de la mikve representa una «transformación» en la persona que la realiza, una preparación «para algo elevado», explican en el blog especializado en judaísmo Jabad.com.

La Torá exige realizarse una inspección (iyún) inmediatamente antes a la inmersión, según Mikvah.org. Las mujeres deben chequear visualmente todas las partes de su cuerpo, para estar seguras de que está libre de cualquier materia foránea. También deben desenredarse el pelo.

¿Quiénes deben realizar la ‘mikve’?

Quien se convierte al judaísmo debe cumplir con la inmersión, lo que se considera, marca la transformación vital del converso. Pero también, la novia que pronto será esposa, debe realizar una tevilá justo antes de consumar el matrimonio. El sumergirse en las aguas de las mikve representa la entrada a una nueva dimensión existencial: la de mujer casada. La tevilá de la novia antes de la boda es un evento familiar, una parte integral de los preparativos.

En la miniserie de Netflix Poco Ortodoxa, lanzada en marzo de 2020, una escena muestra cómo la protagonista, una joven de 23 años jasidista, se prepara para la mikve. Ella limpia sus oídos, las uñas, se lava el pelo y quita toda suciedad de su cuerpo; le rapan la cabeza, y ella llora.

El uso más importante de la mikve es dentro del contexto de la vida matrimonial. Según se explica la página oficial del Jabad Uruguay, en la ley bíblica, las relaciones íntimas entre la pareja están prohibidas durante el período de la menstruación. Una vez que termina la menstruación, la mujer cuenta siete días «limpios» al final de los cuales debe sumergirse en una mikve para poder volver a tener contacto íntimo con su marido.

¿Cómo es la ‘mikve’?

Se trata de un contenedor de agua donde una persona se puede sumergir completamente. El agua no puede estar estancada, sino que tiene que ser agua corriente. Deberían ser aguas de origen natural, como el agua de lluvia, de un río o de un manantial, según Mikvah.org.

Hay más especificaciones sobre cómo debe ser el agua apropiada para la mikve: debe llegar hasta por debajo de los hombros, y debe estar templada.

Además, según el Jabad Uruguay, la cantidad de agua necesaria para una mikve es de 40 Seá (una medida bíblica equivalente a aproximadamente 331,776 litros), correspondiendo a los primeros 40 días del embarazo durante los cuales el feto adquiere su forma.

Se han descubierto mikves que datan de poco antes del siglo I; hoy las hay elegantes y privadas, incluso en spas.

Mikve en Speyer (Alemania), del año 1128
Mikve en Speyer (Alemania), del año 1128
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Es el edificio institucional más importante de la comunidad judía: su ley establece que si una ciudad necesita construir una sinagoga y una mikve, primero se debe construir la mikve.

¿Por qué no alcanza para «purificarse» con bañarse en el jacuzzi de lujo que tengo en casa? ¿Qué distingue la mikve de una piscina común y corriente? Según el Jabad Uruguay, se debe a la «ley divina».

Un mikveh del siglo XIII recuperado, en la calle Milk en Londres.
Un mikveh del siglo XIII recuperado, en la calle Milk en Londres.
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«El mismo dios que determinó qué es lo que transforma a uno en espiritualmente ‘impuro’, es quien determinó cómo ‘purificarse’ de esa condición». La inmersión en la mikve representa, entre otras cosas, una especie de «renacimiento personal».
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