Sra. Directora:
Anticipándose de manera certera al Nuevo Orden Mundial y a la imposición del globalismo y todo el astuto discurso sobre el «multiculturalismo», la inmigración, el «progreso» y un sinfín de reiterativas argucias y falacias, el Chile de los «hombres de la tierra» enfrenta su destino final.
Todo esto fue advertido por el doctor Nicolás Palacios –el genial autor de «Raza chilena» (1904)– al referirse a la figura del mercader: «No es la felicidad del pueblo su incremento numérico, su progreso moral y político lo que preocupa al inmigrante mercader; ni lo desvelan la seguridad presente ni el provenir de la nación en que se hospeda. No ve una sociedad, un pueblo organizado moral y políticamente en el país en que se especula, sólo ve sus riquezas explotables, y su sola preocupación es la de apropiárselas con el menor sacrificio de su parte. La idea de nación está reemplazada por ellos por la de un territorio más o menos rico, más o menos poblado; sus habitantes son factores de producción y de consumo, e instrumentos vivos de explotación, a los cuales creen justo y lógico reemplazar por otros más apropiados a su intento, si los indígenas no les convienen» («Decadencia del Espíritu de Nacionalidad», 1908).
La figura del «mercader» aducida por Palacios es lo que precisamente ha consumado la gran alianza Derecha-Izquierda con Chile y sus habitantes: Transformaron el país en un mercadillo donde todo es especulación, negocio y corrupción y «sus habitantes son factores de producción y de consumo, e instrumentos vivos de explotación, a los cuales creen justo y lógico reemplazar por otros más apropiados a su intento, si los indígenas no les convienen».
Sentaron, de esta manera, la destrucción de la nación de nuestros ancestros y la reemplazaron por la decadente sociedad moderna donde prima la ignorancia, la idiotez, el materialismo y la delincuencia.