El Vaticano anunció este sábado el martirio de cuatro tres sacerdotes, uno de ellos francés, y un laico, asesinados en 1976 en Argentina, lo que abre el camino para su beatificación.
El papa Francisco autorizó el viernes la publicación del decreto que reconoce el martirio de Monseñor Enrico Angelelli, Obispo de La Rioja, así como el de los padres Gabriel Longueville y Carlos Murias, y el del laico Wenceslao Pedernera. Los cuatros fueron asesinados en 1976 por militares argentinos.
Esta decisión anunciada el sábado se produce apenas dos años después de que el Vaticano abriera los archivos de la última dictadura argentina (1976 – 1983).
El 18 de julio de 1976, los padres Carlos de Dios Murias, un religioso franciscano argentino y Gabriel Longueville, francés, fueron secuestrados para luego ser asesinados. Sus cadáveres fueron encontrados dos días después abaleados y con los ojos vendados. En ese lugar, llamado Los Mártires, se yergue hoy un oratorio.
Por su parte, monseñor Enrique Angelelli, obispo de La Rioja (centro) apareció muerto el 4 de agosto de 1976. Oficialmente, fue víctima de un accidente automovilístico cuando regresaba de celebrar una misa en honor a Murias y Longueville. Sin embargo, había indicios de que su muerte había sido provocada por otros dos coches. Además, Angelelli había asegurado a su entorno que los militares lo tenían vigilado y recibido amenazas de muerte por su actividad en favor de los más pobres.
En 2014 su muerte fue considerada como un asesinato ordenado por el general Luciano Benjamín Menéndez, quien era jefe del III Cuerpo de Ejército, y Luis Fernando Estrella quien conducía en La Rioja la represión terrorista de estado de la Fuerza Aérea. Menéndez y Estrella fueron condenados a cadena perpetua por este crimen. Otros acusados, entre ellos Jorge Rafael Videla, Juan Carlos Romero y Albano Harguindeguy, fallecieron antes de que comenzara el juicio.
Tres años antes de la muerte de monseñor Angelelli, el joven Jorge Mario Bergoglio, había estado profundamente impresionado por el obispo, quien había participado en un retiro de los jesuitas argentinos. El actual sumo pontífice contó una vez que “había estado muy impresionado por ese pastor comprometido con su pueblo, quien lo acompañó en su camino, hasta las fronteras geográficas y existenciales”.
Un laico camino a ser beatificado
En cuanto al laico Wenceslao Pedernera, se trataba de un campesino que vivía en el sector de Sañogasta y que se desempeñaba como organizador del movimiento rural católico y colaborador de Angelelli. El 25 de julio de 1976 tocaron a la puerta de su vivienda. Al abrir, recibió 20 tiros de cuatro militares, delante de su esposa y de sus tres hijas.
Estas cuatro causas fueron documentadas en Argentina y transmitidas al Vaticano en 2011, por el entonces obispo de La Rioja, Roberto Rodríguez quien tuvo la iniciativa, junto con otros obispos, de iniciar el proceso para el reconocimiento del martirio de Carlos, Gabriel, y Wenceslao.
Su sucesor, monseñor Marcelo Colombo participó en la beatificación de monseñor Óscar Romero, en El Salvador, y luego viajó a Roma para presentar las 7500 páginas de documentación en la Congregación para la Causa de los Santos.
En 2016, Francisco anunció la desclasificación de los archivos de la dictadura argentina. Esos archivos se encontraban en el Episcopado argentino, la Secretaría de Estado de la Santa Sede y la Nunciatura Apostólica en Buenos Aires. Comenzaron a ser ordenados y digitalizados en marzo de 2016 a petición de Francisco y como continuación al trabajo iniciado años atrás por la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
Por María Carolina Piña
Fuente: RFI