Nadie duda que hacer ejercicio de forma regular y sistemática es muy beneficioso en la prevención, el desarrollo y la rehabilitación de la salud.
Pero, la actividad física, ya sea de corta o larga duración, ayuda también a establecer un bienestar mental, el carácter, la disciplina y a la toma de decisiones en la vida cotidiana.
Hacer ejercicios mejora, además, la autonomía de la persona, la memoria, la rapidez de ideas, etcétera, y promueve sensaciones como el optimismo o la euforia, al tiempo que mejora la autoestima de las personas.
Hay que recordar que todas las actividades para mejorar la forma física deben realizarse de manera progresiva. La intensidad y la carga deben ser determinadas de forma individual, ya que dependen del nivel técnico y de la condición física de cada persona.