SANTIAGO – Se aproximan a veinte las candidaturas a La Moneda desde el arco opositor. Podrían surgir más nombres todavía. Una carrera que por momentos, además de controversial, se vuelve enrarecida porque hay competidores que la gente y los analistas no se explican. Sea por su instalación ante la ciudadanía o porque contarían con el respaldo de fuerzas políticas consolidadas, se ven unos tres a cuatro con reales opciones. Pero por ahora, compiten todas y todos. Una carrera muy abierta…hasta que las primarias o la primera vuelta, despejen la lista.
Hay unos posicionados, como el alcalde de Recoleta y dirigente del Partido Comunista (PC), Daniel Jadue. Otros recién aparecidos como los presidentes del Partido Socialista (PS) y el Partido Radical (PR), Álvaro Elizalde y Carlos Maldonado, respectivamente. Algunos que cualquier encuesta o análisis los dan como improbables o perdidos, que es el caso del ex legislador del Partido por la Democracia (PPD), Jorge Tarud. Hubo sorpresas en estas semanas, como la instalación de Pamela Jiles (Partido Humanista) en los sondeos.
El tema de las candidaturas presidenciales en el arco opositor es controversial por varias razones, empezando porque ellas se instalan desde dos grandes bloques o espacios: el de la ex Concertación, y el de Chile Digno junto al Frente Amplio. Luego, porque se empiezan a colocar sobre la mesa nombres de políticos que están en cero o bajo cero en toda encuesta que se haga. También, porque algunos postulantes parecen obedecer a la obligada rutina de algunos partidos de tener, sí o sí, candidato a La Moneda; para instalarlo, para negociar, para hacer un saludo a la bandera. O los debates en torno de una figura como Jadue, a partir de su consolidación en los respaldos ciudadanos. Otro punto de polémica es qué propuestas tienen o si sólo juegan en el terreno mediático.
En este último caso parece estar Tarud, del PPD, que competirá en las primarias de su partido, retando al ex ministro Francisco Vidal y al ex canciller Heraldo Muñoz. Cero opción. Pero que le reditúa en seguir saliendo esporádicamente en la prensa y mantener cierto espacio en su colectividad.
En esa línea, pareció más un gesto comunicacional que realmente un lanzamiento a la presidencia, la decisión del Partido Radical de colocar en la carrera a su presidente, Carlos Maldonado, y que desde el Partido Socialista un grupo de legisladores haya emplazado a que el timonel de la colectividad, Álvaro Elizalde, sea aspirante a La Moneda. Si se tienen en cuenta sondeos, análisis y proyecciones, Maldonado y Elizalde no aparecen o no aparecían.
Desde el PR no había nadie. Maldonado abrió la puerta. En el PS se habló en su momento de que estaba muy bien instalado el senador Carlos Montes, con apoyos en el mundo opositor, pero él cerró la puerta. Otros senadores aparecieron, o aparecen, en la lista de posibles: José Miguel Insulza e Isabel Allende. Ahora metieron a Elizalde. En el PS, según miembros del partido y miradas desde fuera, todavía están a la mano el empresario y ex ministro Máximo Pacheco, y hay quienes nombran a Paula Narváez y al legislador Manuel Monsalves.
En el PPD se juega todo en enero, en las primarias internas, donde competirán, hasta ahora, Vidal, Muñoz y Tarud…aunque dicen que puede haber aparecidos, como los senadores Felipe Harboe y Ricardo Lagos Weber. En los pasillos de la política la coincidencia general es que los que realmente compiten son Vidal y Muñoz.
En la Democracia Cristiana la competencia está en marcha. Con candidaturas que marcan no más de tres puntos y con muchas dudas internas. Ya formalizaron correr el ex ministro Alberto Undurraga, la senadora Ximena Rincón, y algunos, bajo cuerda, dicen que podría entrar el presidente del partido, Fuad Chahin. Parece desechado el nombre de Francisco Huenchumilla.
Desde el Frente Amplio no es novedad que figura como presidenciable la ex candidata, Beatriz Sánchez, que marca en los sondeos y es considerada en diversidad de análisis. Algunos dirigentes indicaron en estos días que mientras ella no se baje, es la candidata presidencial del Frente Amplio. Claro que surgió la opción de Marcelo Díaz, de Unir, y no se deja de mencionar que podrían aparecer otras cartas de algunas colectividades de ese conglomerado.
La que se instaló en algunos sondeos y en la escena mediática, fue la diputada del Partido Humanista (PH), Pamela Jiles, quien ya hizo un intento de candidatura presidencial hace unos años. En muchos comentarios y en vocerías se afirmó en estos días que ese posicionamiento tuvo mucho que ver con ser ella protagonista en el proyecto legislativo del segundo retiro desde fondos de las AFP, y una especie de ofensiva mediática de su parte. Es una noticia en desarrollo.
Jaime Mulet, presidente del Frente Regionalista Verde Social anunció su aspiración nacional y quedó metido en la larga lista de candidaturas opositoras, sujeto a lo que serán las encuestas y los análisis.
El que está más lejos de dudas, incertidumbres y especulaciones, es el alcalde de Recoleta y dirigente del Partido Comunista, Daniel Jadue. Todos los sondeos lo ubican primero o segundo en las preferencias de la gente, es el más citado como opción en análisis y notas informativas, y la certeza de su instalación como aspirante a La Moneda pone a hablar de él a la ex Concertación, a la derecha, al Frente Amplio, a Chile Digno y otros sectores políticos y sociales. Sea a favor o en contra, todo gira en torno de que es una opción muy real de candidatura presidencial de la oposición.
Con los porcentajes de respaldo que tiene hasta ahora, Daniel Jadue es competitivo y no pocos indican que podría pasar a segunda vuelta. De la esfera socialdemócrata, podría surgir un nombre para posicionarse, y también la DC podría salir con cierta fuerza en esta carrera; ya lo hizo en la pasada presidencial aunque le fue mal. A eso hay que agregar la candidatura que levantaría el Frente Amplio. Es decir, al final del día no pasarían de cuatro o cinco los que tendrían realmente alguna opción de cara a la primera vuelta.
Como sea, estos son quienes, por su peso electoral y el personaje que postulan, tendrían posibilidades de salir con buena votación en la primera presidencial.