Científicos revelan que una teoría de más de 70 años que explica los patrones de la naturaleza es válida para entender por qué los gatos tienen manchas, pintas o rayas en su pelaje. Lo curioso es que pese a que la teoría estaba allí, durante mucho tiempo fue un gran enigma. ¿Qué llevó a relacionar la teoría con los gatos?
Aunque los biólogos habían identificado las células de los folículos donde crece el pelo como la fuente de los pigmentos negros, marrones, amarillos y rojos que dan color al pelaje de los gatos, no sabían «cuándo y dónde tuvo lugar el proceso de establecimiento del patrón del color», dijo a la revista Science Gregory Barsh, un genetista del Instituto Hudson-Alpha de Biotecnología, en Alabama, Estados Unidos.
Sin embargo, tenían algunas pistas. El pionero de la informática Alan Turing sugirió en 1952 que las moléculas que se inhiben y activan entre sí podrían crear patrones periódicos en la naturaleza si se difundieran a través de tejidos a diferentes velocidades, según explica Elizabeth Pennisi en Science.
Tres décadas después, otros científicos aplicaron su teoría para desarrollar una hipótesis sobre cómo se forman los patrones de color durante el desarrollo en la naturaleza. Encontraron que las moléculas activadoras dan color a una célula, pero también producen inhibidores, que se difunden más rápido que los activadores y pueden detener la producción de pigmentos. Pennisi destaca que en 2019, se demostró que esa idea era correcta en las flores de mono.
Pese al avance, los científicos aún no habían dado en la tecla y desconocían la forma en que se desarrolla el color del pelaje en los mamíferos. Hasta que el equipo de Brash en 2020 se encontró con la respuesta en dos proteínas conocidas:: las moléculas Wnt y Dkk4.
El equipo halló que en los gatos, Wnt y Dkk4 funcionan como activador e inhibidor, respectivamente. En la piel oscura, existen en cantidades casi iguales. Según explica Pennisi, en las zonas más pálidas, la proteína Dkk4 —que se mueve más rápido—, probablemente apaga la Wnt, deteniendo la producción de pigmentos y generando así rayas, tal como la teoría de Turing había predicho.
Que las simples interacciones entre las moléculas puedan explicar la variedad de patrones de color del pelaje en los mamíferos, «es un ejemplo de la economía de la naturaleza», dijo a Science Denis Headon, un biólogo del desarrollo en el Instituto Roslin, Escocia, Reino Unido. «Sugiere que es probable que las mismas moléculas y vías sean reutilizadas para el diseño de estructuras muy diferentes y a escalas muy distintas para formar los intrincados elementos de la anatomía de los vertebrados», agregó.