Según un reporte, la ketamina administrada provocó en algunas personas paros cardiacos y respiratorios y algunos detenidos tuvieron que ser revividos médicamente.
Agentes de la Policía de Minneapolis (Minnesota, EE.UU.) solicitaron en repetidas ocasiones a los servicios médicos de urgencia del condado sedar a sospechosos con ketamina, un potente tranquilizante conocido también como una ‘droga de violación’, señala un informe de la Oficina de la Revisión de la Conducta de Policía de la ciudad.
Según el documento, a cuyo borrador tuvo acceso el periódico Star Tribune, las solicitudes de la Policía tuvieron lugar en los últimos tres años, y algunas veces las inyecciones se realizaron a pesar de las protestas de los detenidos y sin que estos hubieran cometidoi ningún delito.
La investigación halló que el número de inyecciones de ketamina documentadas aumentó desde tres en 2012 a 62 en 2017. El reporte detalla cómo en múltiples ocasiones, los paramédicos inyectaron la droga a sospechosos que ya habían sido controlados, provocando casos de insuficiencia cardíaca o respiratoria. Algunos incluso necesitaron ser revividos médicamente.
Según precisa el diario, el personal médico del condado de Hennepin, al que pertenece la ciudad, está autorizado a usar ketamina con individuos que están «profundamente agitados» y no pueden ser controlados. Sin embargo, la investigación halló casos en los que el sedante se empleó en personas esposadas e incluso amarradas en camillas.
Nueva orden: «Los agentes nunca exigirán ‘sedar’ a un sujeto»
El 18 de mayo, cuando el borrador del informe fue completado, el comandante de la Policía de Minneapolis, Todd Sauvageau, emitió una orden departamental estableciendo que los agentes «nunca sugerirán o exigirán al personal de los servicios médicos de emergencia ‘sedar’ a un sujeto», ya que «esta es una decisión que claramente debe ser tomada por el personal de urgencias».
Sin embargo, tanto el director médico de los servicios de emergencia de Hennepin, Jeffrey Ho, como el director médico del Sistema de Control de Intoxicaciones local, Jon Cole, rechazaron los casos denunciados del informe.
Según ellos, en el documento se hace un «uso imprudente de anécdotas e instantáneas parciales de interacciones con la Policía, así como reportes y estadísticas incompletas para perfilar conclusiones desinformadas e incorrectas».
Por su parte, el jefe de la Policía de Minneapolis, Medaria Arradondo, no ha realizado comentarios sobre lo descrito en el informe, pero reconoció que su departamento está cambiando su enfoque en las interacciones con los trabajadores de los servicios de urgencias.