El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, atacó a la Corte Penal Internacional (CPI) por dictaminar que tiene jurisdicción para abrir una investigación sobre presuntos crímenes de guerra cometidos por Israel. El mandatario calificó dicha investigación de «puro antisemitismo» y prometió combatirla.
«Cuando la CPI investiga a Israel por falsos crímenes de guerra, esto es puro antisemitismo», dijo Netanyahu en inglés en un video publicado por su oficina.
El presidente lamentó que «el tribunal establecido para prevenir atrocidades como el Holocausto nazi contra el pueblo judío ahora elige como blanco al único Estado del pueblo judío».
«[La CPI] está afirmando escandalosamente que cuando nosotros los judíos vivimos en nuestra patria, esto es un crimen de guerra», subrayó el primer ministro en referencia a que el organismo posiblemente investigue la política de asentamientos israelíes en Cisjordania.
Netanyahu agregó que, según la CPI, es un crimen de guerra el hecho de que Israel se defienda de «los terroristas» que asesinan a sus niños y lanzan cohetes a sus ciudades.
El político israelí consideró que, por otro lado, la CPI «se niega a investigar dictaduras brutales como Irán y Siria, que cometen atrocidades horribles casi a diario».
«Lucharemos contra esta perversión de la justicia con todas nuestras fuerzas», prometió el líder israelí al concluir su discurso.
De acuerdo con el dictamen de la CPI, su jurisdicción se extiende a los territorios ocupados por Israel en la guerra de los Seis Días de 1967.
Esto allanaría el camino para que Fatou Bensouda, fiscal del organismo, abriera una investigación sobre las acciones militares de Israel en Gaza, así como acerca de los asentamientos israelíes en Cisjordania.
Según sostuvo Bensouda en 2019, había «fundamentos razonables» para abrir una investigación por crímenes de guerra. Sin embargo, solicitó al tribunal que determinará si tenía una justificación territorial antes de continuar con el caso. En aquella ocasión, tildó a las Fuerzas de Defensa de Israel y a los grupos armados palestinos como el Hamas de posibles perpetradores.
En un fallo mayoritario, los jueces le dieron la razón.
Estados Unidos tiene «serias preocupaciones»
Al parecer, el fallo de la Corte Penal Internacional tiene preocupado a EEUU.
«Tenemos serias preocupaciones respecto a los intentos de la CPI de ejercer su jurisdicción sobre personal israelí. Nuestra postura siempre ha sido que la jurisdicción de la corte deba limitarse a los países que la aprueban o que son remitidos [a esta] por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas», dijo a la prensa Ned Price, vocero del Departamento de Estado de EEUU.
Por su parte, Ro Khanna, miembro de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, dijo que la Administración Biden «reajustará radicalmente» las relaciones de Estados Unidos con Israel sobre asuntos relacionados con los derechos de los palestinos.
El político demócrata dijo a la cadena MSNBC que el nuevo presidente estadounidense, Joe Biden, «va a dejar en claro que Israel es un aliado y siempre lo ha sido» pero que «tienen que reconocer la condición del Estado palestino» porque «no pueden tener nuevos asentamientos, no pueden incendiar pueblos palestinos».
«Los derechos humanos van a importar, vamos a tener una política exterior centrada en los derechos humanos», afirmó Ro Khana, citado por Haaretz.
Los comentarios de Khanna se producen en plena creciente preocupación en Israel por la falta de contacto por parte del nuevo mandatario estadounidense con el primer ministro israelí.
¿Apartheid en Israel?
A mediados de enero, la destacada organización israelí de derechos humanos B’Tselem advirtió que Israel no podía ser una democracia al mismo tiempo que ocupaba territorios palestinos.
«Es un régimen entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, y debemos mirar el panorama completo y verlo por lo que es: un ‘apartheid'», dijo el director ejecutivo del grupo, Hagai El-Ad, en un comunicado.
El comentario desató una fuerte controversia en el país. Los líderes israelíes se vieron obligados a rechazar con vehemencia el uso del término para describir la situación en Cisjordania, Gaza, Jerusalén Oriental y en su propio país.