Mario Marín, mejor conocido como el ‘Góber precioso’, ha reaparecido en la escena pública mexicana, luego de que el pasado tres de febrero fuera detenido en Acapulco, en el estado de Guerrero, por elementos de la fiscalía por el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho. Pero, ¿quién es el poderoso exgobernador?
La historia de Mario Marín bien podría definirse en un puñado de tenebrosas escenas que marcaron su vida: dinero, poder, excesos. Pero no siempre fue así, se dice que de niño soñaba con ser como el Benemérito de las Américas, Benito Juárez. Solo que en versión poblana, pues nació en la comunidad Coyotepec, en el estado de Puebla.
Para lograr su cometido, estudió derecho en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, y al graduarse comenzó a trabajar en el espacio jurídico de su estado. Formó parte del juzgado de lo familiar y del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Puebla, y casi de forma natural comenzó a adentrarse en la vida política del estado.
Sin embargo fue hasta 1993 cuando logró un estelar ingreso en la élite política del país de la mano del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al convertirse en Secretario de Gobernación del estado de Puebla, bajo el mandato de Manuel Bartlett Díaz —quien actualmente preside la Comisión Federal de Electricidad— .
Dicho cargo le permitió continuar ascendiendo en su carrera política ocupando diversos cargos en la capital poblana, donde fue presidente municipal de 1999 al 2002, y finalmente se convirtió en gobernador del estado de Puebla en 2005.
El caso Lydia Cacho: el inicio de una caída lenta
La llegada de Marín a la gubernatura parecía ser el inicio una prometedora carrera política, pero en realidad fue el inicio de una caída lenta. Durante su mandato, el llamado Góber precioso comenzó a codearse con la élite del poder. Fue ahí donde conoció a su amigo Kamel Nacif, conocido como El Rey de la Mezclilla, un empresario de origen libanés que tenía maquilas de mezclilla en Puebla.
A la par de su triunfo y de su amistad con Nacif, Lydia Cacho publicó el libro Los demonios del Edén, el poder que protege a la pornografía infantil, en el cual puso al descubierto una red de protección — compuesta por políticos y empresarios— que rodeaba la explotación infantil en México.
En su libro, Cacho mencionó directamente a Nacif, quien asistía a las fiestas de su amigo Jean Succar Kuri, las cuales se caracterizaban por la presencia de niños. Eran fiestas de pedófilos, donde mantenían relaciones sexuales con niños como si fuera lo más normal del mundo.
Además de Nacif, en la investigación también se menciona a otros políticos de la élite priísta que formaban parte de la red de protección de Succar Kuri, entre quienes estaban: Miguel Ángel Yunes Linares, Emilio Gamboa Patrón y Alejandro Góngora Vera.
Después de la publicación, Marín enviaría a elementos de la Seguridad Pública de Puebla a detener a Cacho. La detención, a cargo del entonces jefe de la Policía Judicial del estado, Adolfo Karam Beltrán, estuvo marcada por actos de tortura física y psicológica en contra de la periodista.
Tiempo después de dicha detención, el 14 de febrero de 2006, el periódico La Jornada publicó una conversación telefónica entre Marín y Nacif, en la que este último agradecía al góber precioso por haberle dado «un coscorrón» a Cacho.
«Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos contesta, pero es que nos ha estado jode y jode, entonces que se lleve también su coscorrón, ¿no?», responde Marín sobre lo que le habría hecho a Cacho. En respuesta, Nacif promete que le enviaría dos botellas de coñac.
Después de la grabación, la Suprema Corte de Justicia de México abrió una investigación del caso por tortura a la reportera y Marín desaparecería poco a poco de la escena pública por las acusaciones que caían en su contra. Sin embargo, el proceso penal no lograría concretarse hasta catorce años después.
El misterioso poderío del Góber precioso
Tras la grabación, Marín continuó moviendo sus piezas para tratar de recuperar su estatus político. En 2012, una investigación de Reporte índigo reveló que el exgobernador habría gastado cerca 540 millones de pesos (26,8 millones de dólares) entre 2008 y 2010 para limpiar su imagen.
A la llegada del panista Rafael Moreno Valle al Gobierno de Puebla se hicieron reajustes en la partida presupuestal que iba dirigida a difusión y, de forma paralela, se publicaron las cifras de inversión destinadas a medios de comunicación durante la administración de Marín.
De dichos montos se concluía que el llamado Góber precioso habría gastado cantidades millonarias en gastos de difusión a través de una red de prestanombres. Pues según detalla Reporte índigo, «en el desglose de gastos por empresas periodísticas, destacan decenas de personas físicas que no figuran ni como dueños, ni como directores, columnistas o reporteros de la prensa poblana. Son auténticos desconocidos, algunos de los cuales cobraron cifras estratosféricas durante la gestión de Marín«.De la historia que siguió al Góber precioso después de dejar su cargo en el Gobierno de Puebla poco se sabe, pero lo cierto es que de alguna manera continuó gozando de ciertos beneficios. En agosto de 2019, Cacho denunció que el exgobernador se encontraba escondido en el estado, pero que no lo podían detener porque tenía «protección política y policíaca».
La fiscal especial de @FGRMexico me dijo desde hace tres meses que saben perfectamente que el gobernador prófugo Mario Marín está en Puebla. Pero no lo pueden detener “pues tiene mucha protección local”. Tiene protección política y policiaca https://t.co/nz6UusbE20
— Lydia Cacho (@lydiacachosi) August 13, 2019
Recientemente, a raíz del caso de las cuentas congeladas en Andorra, las cuales estaban vinculadas a 23 empresarios y políticos mexicanos, el nombre de Marín ha vuelto a aparecer en la opinión pública; esto, debido a que según el periodista Arturo Rodríguez, entre los personajes que habrían depositado 48.000 millones de pesos (2.388 millones de dólares) en el Banco Privado de Andorra se encuentra el exgobernador de Puebla.
Mario Marín entre los 23 mexicanos que lavaba dinero en Andorra. Eso lo publiqué hace años y la Fiscalía General no movió un dedo, ni antes ni ahora. #GoberPreciosoTorturador https://t.co/EFe6vDpcdY
— Lydia Cacho (@lydiacachosi) February 3, 2021
La caída final: el proceso judicial
La grabación de la conversación que Marín sostuvo con Nacif cambió el rumbo de su vida. Después nada volvió a ser igual, a pesar de sus esfuerzos por tratar de limpiar su imagen y recuperar su estatus político en el estado.
En 2018, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas dio a conocer una resolución en la que reconoce que la periodista Lydia Cacho había sido detenida de forma arbitraria y que sufrió agresiones durante su detención en 2005, y dictaminó que el Estado mexicano debía procesar, juzgar y castigar «con penas adecuadas» a los responsables de dichas agresiones.
Posteriormente, en 2019, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador pidió disculpas públicas a la periodista y en abril de ese mismo año emitió órdenes de aprehensión contra Mario Marín, Kamel Nacif y Adolfo Karam Beltrán.
Desde entonces, Marín se mantuvo prófugo de la justicia, hasta este tres de febrero que elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) lo detuvieron en un inmueble de Acapulco, Guerrero, por el delito de tortura.
La @FGRMexico me avisó en cuanto detuvieron al ex gobernador #MarioMarin escondido en Acapulco. Llevo 14 años buscando justicia por haber sido torturada por este cómplice de redes de #PornografíaInfantil Vamos por todos. 🙏🏼 pic.twitter.com/LJX0qXZY8v
— Lydia Cacho (@lydiacachosi) February 4, 2021