Entre los principales rasgos de la personalidad que nos hacen más tolerantes con la violencia grupal figuran la mezquindad —que también incluye la falta de empatía— y la desinhibición, es decir, los problemas a la hora de controlar los impulsos.
Ambos rasgos son característicos de las personas que apoyan o participan en actos violentos. Curiosamente, la insensibilidad al sufrimiento de los demás se asocia tanto con los radicales de derecha como los de izquierda, mientras que la desinhibición caracteriza más a los radicales de los grupos de extrema derecha, especialmente los que apoyan golpes de Estado. Al mismo tiempo, cabe señalar que dichas cualidades se clasifican como rasgos psicopáticos no clínicos.
Durante el estudio, los científicos examinaron tres rasgos psicopáticos: la mezquindad, la desinhibición y la osadía. Para esto, llevaron a cabo un experimento en el que participaron 877 estudiantes universitarios. En la primera fase del estudio, los investigadores midieron los niveles de dichas características en los participantes. Luego, realizaron un sondeo para determinar su nivel de afinidad con distintos movimientos políticos. Además, evaluaron «hasta dónde serían capaces de llegar» para defender sus creencias políticas. En particular, preguntaron si podrían sacrificar su vida o apoyar un violento golpe de Estado.Llegaron a la conclusión de que aquellos que mostraron rasgos antisociales no eran propensos a apoyar acciones más pacíficas. Y es que una mayor tolerancia a la violencia grupal estaba vinculada con mayores niveles de mezquindad.
Los investigadores explicaron que los sociópatas simplemente no son capaces de entender cómo pueden afectar los actos de violencia a los demás. Asimismo, señalaron que para ellos, el radicalismo puede convertirse en una especie de herramienta de autoexpresión.
«Quiero enfatizar que nuestros resultados no implican que las personas que eligen la acción violenta en nombre de un grupo sean siempre antisociales o muestren rasgos como la desinhibición», aclaró el psicólogo Tomasz Besta, de la Universidad de Gdansk.
El investigador subrayó que los resultados del estudio demuestran que «las personas que muestran rasgos como la desinhibición o un bajo nivel de empatía tienden a mostrarse más partidarios de acciones de violencia grupal en nombre de grupos políticos que aquellos que tienen un mejor control de sus impulsos» o «están más orientados hacia los demás».
Los investigadores polacos afirman que todavía se necesitan más estudios en los que participen más personas de otros países y sectores sociales para determinar con certeza si hay un vínculo entre la personalidad y la violencia grupal.