A la espera de la salvación: personas mueren de COVID en EEUU mientras esperan por su vacuna

Ante la falta inicial de suministros y la rápida propagación del virus en Estados Unidos, la triste realidad es que muchas personas han muerto apenas días antes de poder acceder a las vacunas.
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Este fue el caso de Diana Drewes, una veterana de la Fuerza Aérea del país norteamericano, quien esperó meses para recibir una inmunización contra el COVID-19, pero enfermó antes de poder acceder a ella. Estaba dando sus últimos suspiros en una residencia para personas mayores en Ohio cuando sonó el teléfono: una trabajadora de salud la llamó para programar su primera cita para la vacuna, informa Jay Reeves para AP.
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En vista de la grave condición de Drewes, fue su hija Laura Brown quien atendió la llamada. Según relató al medio, se sintió sorprendida por el momento de la llamada en enero, pero no reaccionó con furia ni explicó que su madre de 75 años estaba al borde de la muerte. Simplemente no hubiese tenido sentido, afirma.
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«Pero mi hermana y yo estábamos molestas porque llegó demasiado tarde (…) Pareció un insulto final», comentó Brown.
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Ya son más de 247.000 personas las que han muerto de COVID-19 en Estados Unidos desde que se empezó con la vacunación a mediados de diciembre. Las autoridades habían advertido que realizar suficientes inoculaciones para alcanzar la inmunidad colectiva tomaría meses. Por desgracia, la falta inicial de vacunas y la propagación del virus hizo que algunas personas contrajeran el virus y murieran antes de poder vacunarse, destaca Reeves..
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Los sondeos muestran que un considerable porcentaje de la población estadounidense desconfía de la vacuna, por lo que es imposible decir exactamente cuántos de los fallecidos habrían querido inmunizarse. Sin embargo, este no era el caso de Drewes: su hija afirma que su madre sí quería.
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Otras familias tienen historias similarmente dolorosas de seres queridos que fueron infectados tras meses de cuidarse y que murieron sin poder vacunarse, explica Reeves.
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Otro ejemplo es el caso de Charlotte Crawford, quien trabajó durante más de 40 años en el laboratorio de microbiología del Hospital Parkland, en Dallas, y fue completamente inmunizada en enero con dos dosis de la vacuna de Moderna debido a su trabajo. Pero tuvo que sufrir la agonía de ver a su esposo y dos hijos adultos contraer COVID-19 y morir antes de poder vacunarse.
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Henry Royce Crawford, de 65 años, tenía una cita para vacunarse cuando se enfermó, dijo su viuda. Sus hijos, Roycie Crawford, de 33; y Natalia Crawford, de 38; también esperaban por la vacuna, pero no la recibieron cuando se enfermaron y murieron.
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“Lo único que sé es que tuve tres funerales en tres semanas», dijo Crawford.