A raíz de las protestas y denuncias de violencia policial en Colombia, el presidente Iván Duque anunció una «transformación» del cuerpo. Prometió cambiar la imagen institucional y profesionalizar a los agentes en pos del respeto a los Derechos Humanos. No obstante, una de las principales críticas es que seguirá militarizada.
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La modernización de la Policía Nacional de Colombia, el cambio en su imagen institucional y la capacitación de los agentes y profesionalización en torno a los Derechos Humanos, son algunos objetivos del llamado Estatuto Disciplinario Policial.
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Se trata de una estrategia de «transformación permanente» que el presidente colombiano pretende presentar oficialmente como proyecto de ley ante el Congreso este 20 de julio.
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Al contrario de lo que sucede en otros países de América Latina, la Policía Nacional colombiana está bajo la órbita del Ministerio de Defensa (Mindefensa), cuya reforma también está prevista en la propuesta de Duque.
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En ese sentido, el mandatario anunció que el proyecto va acompañado de un decreto presidencial para crear un Viceministerio de Política de Defensa y Seguridad Ciudadana.
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El decreto también regulará la comercialización, porte y uso de armas traumáticas —armas con cañón abierto que dispara balines metálicos o gomas—, cuyo uso por particulares ha sido denunciado en el marco de las protestas que se realizan en el país desde el pasado 28 de abril.
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¿Por qué es necesaria una reforma policial?
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La Policía Nacional ha sido señalada por organizaciones locales e internacionales, y en algunos casos denunciada por la fuerte represión contra los manifestantes que han salido a las calles. Human Rights Watch (HRW) identificó «20 homicidios y casos de agresiones sexuales, golpizas violentas y detenciones arbitrarias» por parte de las fuerzas represivas colombianas.
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«Las violaciones a los derechos humanos cometidas por la policía en Colombia no son incidentes aislados de agentes indisciplinados, sino el resultado de fallas estructurales profundas», señaló el director ejecutivo de la organización para las Américas, José Miguel Vivanco.
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La reforma policial ha sido un reclamo constante de las organizaciones y de las protestas del Paro Nacional, pero la presentada por Duque ya cosechó varias críticas.
Cuáles son los puntos más polémicos de la reforma policial de Duque
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La Policía no puede estar bajo Defensa
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«Se necesita una reforma seria que permita separar claramente a la Policía de las Fuerzas Militares y asegurar una supervisión y rendición de cuentas adecuada para impedir que estos abusos vuelvan a ocurrir o queden impunes», aseguró Vivanco en el informe presentado por HRW sobre la brutalidad policial en Colombia.
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HRW pide que se separe la Policía del Mindefensa, y que se cree una institución de carácter civil y capacitada para responder a las manifestaciones de una manera respetuosa.
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Una reforma requiere instancias previas de participación ciudadana
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«Se equivoca el presidente anunciando reformas a la Policía sin un proceso amplio de escucha y discusión con todos los sectores», escribió en su cuenta de Twitter la representante a la Cámara por el partido opositor Alianza Verde, Juanita Goebertus.
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«La reforma pasa por esclarecer violaciones y sacar a la policía de Mindefensa», agregó.
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Medidas demasiado superficiales
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Tanto Goebertus como HRW advierten que las anunciadas parecen ser más bien de carácter «cosmético» y, en general, las reformas propuestas no son suficientes para prevenir violaciones de derechos humanos y garantizar justicia por los abusos.
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Por ejemplo, HRW señala que pese a que el propio presidente ha reconocido algunos casos de violencia policial en las protestas desatadas en abril y en años anteriores —y que prometió «tolerancia cero»—, aún prima la impunidad.
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«El sistema disciplinario interno de la Policía, que no es suficientemente independiente, no ha castigado a los agentes responsables», indica HRW.
«La Fiscalía, que adelanta investigaciones penales, tampoco ha logrado avances suficientes en sus investigaciones sobre abusos cometidos durante esas protestas», agrega.
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