1. La compañía ha construido un sistema privado que ha eximido a los usuarios de alto perfil de algunas o todas sus reglas. El programa, conocido como «verificación cruzada» o «XCheck», fue diseñado como una medida de control de calidad para cuentas de alto perfil. Hoy protege a millones de vip de la aplicación normal de la compañía. Muchos abusan del privilegio, publicando material que incluye acoso e incitación a la violencia que normalmente daría lugar a sanciones.
2. En 2018 Facebook modificó su algoritmo al detectar una disminución de la participación de los usuarios, una caída de las interacciones. Los empleados denunciaron que esa modificación premiaba los mensajes más incendiarios y polémicos, pero Zuckerberg se negó a corregirlo. Si cambiaban el algoritmo para que fuera más seguro la gente estaría menos tiempo en la plataforma, clicaría menos anuncios y ganarían menos dinero.
3. Los empleados de Facebook alertaron de que se estaba utilizando la red por parte de cárteles de la droga y traficantes de personas. Desde Medio Oriente se usaba para atraer a las mujeres a situaciones laborales abusivas. Grupos armados en Etiopía recurrían a Facebook para incitar a la violencia contra las minorías étnicas. También advirtieron a sus superiores sobre el uso de la red para la venta de órganos, la pornografía y acciones de gobiernos contra disidencias políticas. La empresa no actúo debidamente.
4. A pesar de que Facebook apoyó la promoción de las vacunas contra el COVID-19, permitió que los activistas antivacunas inundaran la red. Utilizaron las herramientas de Facebook para sembrar dudas sobre la gravedad de la amenaza de la pandemia y la seguridad del arma principal de las autoridades para combatirla. Incluso cuando los responsables de la red se fijaron el objetivo de frenar el activismo antivacunas se comprobó que no fueron capaces de controlar el resultado. El porcentaje de usuarios de Facebook que difunde dudas sobre las vacunas terminó siendo mucho mayor que en la vida real.
5. El esfuerzo de Facebook para atraer a los menores es dudosamente ético. Los equipos de empleados llevan años trazando planes para atraer a los preadolescentes de una forma más agresiva de lo que anunciaron públicamente.
6. El escándalo también afecta a otras redes del imperio Zuckerberg, como Instagram, propiedad de Facebook al igual que WhatsApp. Los investigadores de Instagram han estado estudiando durante años cómo su aplicación para compartir fotos afecta a millones de usuarios jóvenes. En repetidas ocasiones, la compañía descubrió que Instagram es dañino para un porcentaje considerable de ellos, sobre todo las adolescentes. Hace años que se habla del potencial tóxico de Instagram y otras redes sobre la autoestima adolescente y femenina. Este escándalo es distinto porque se basa en investigaciones internas de marzo de 2020 en las que se señala que «un 32% de las chicas dicen que cuando se sienten mal con su cuerpo, Instagram les hace sentir peor». En público, Facebook ha minimizado constantemente los efectos negativos de la aplicación, incluso en comentarios al Congreso, y no ha hecho pública su investigación ni ha estado disponible para académicos o legisladores que la hayan solicitado.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN
Pascual Serrano – Periodista español. Fundó en 1996 el medio alternativo digital Rebelion.org. Fue asesor editorial de la televisión latinoamericana Telesur. Premio de Periodismo de Derechos Humanos 2019 de la Asociación ProDerechos Humanos de España (APDHE). Especialista en medios y analista político. Colabora en Eldiario.es, Le Monde Diplomatique y La Aventura del Saber (TVE2). Dirige la colección de libros de actualidad A Fondo, en la editorial Akal.