Los grupos del crimen organizado asedian a varios productores de limón en el estado mexicano de Michoacán, lo cual ha encarecido los precios de este fruto como nunca antes.
.
No sólo es la inflación de 7,13% la que ha elevado los precios del limón. Según reporta el diario mexicano Reforma, los cárteles de la droga también han contribuido a que este fruto se venda hasta en 100 pesos el kilogramo en varias zonas de México.
.
Integrantes del gremio limonero acusaron que la delincuencia organizada impone los precios del limón y extorsiona a los productores.
.
«Ellos [los criminales] imponen el precio del limón, deciden si se corta o no, cantan los precios a productores, cortadores, empacadores y a transportistas; si lo cantan a 30 pesos [1,5 dólares], el precio se va elevando en cada paso, sale de Michoacán a 50 pesos [2,5 dólares] el kilo, obvio que al ser llevado a otros estados o a la Ciudad de México se dispara el precio», comentó un empacador al medio mexicano bajo condición de anonimato.
México produce al año más de 2,5 millones de toneladas de limón, lo cual lo convierte en el segundo país con mayor producción de este alimento a nivel mundial, de acuerdo con cifras del Gobierno mexicano.
.
Según Reforma, decenas de hectáreas de limón en Michoacán han sido abandonadas por los productores, quienes temen represalias del crimen organizado. Los poblados más afectados son Aguililla, Buenavista Tomatlán, Apatzingán y Tepalcatepec, todos ellos ubicados en una zona conocida como Tierra Caliente, donde los enfrentamientos entre los cárteles de la droga son frecuentes.
Las cuotas que los criminales imponen a los cortadores oscilan entre los 500 (24 dólares) y los 5.000 pesos (243 dólares), de acuerdo con los testimonios.
.
«Piden [cuotas] a los cortadores, a los dueños de las hectáreas, a los empacadores, a los transportistas, en cada etapa el precio de limón se eleva de precio para poder pagar a los delincuentes, por eso muchos decidieron no producir», aseguró otro productor de limón, también bajo la condición del anonimato.
.
