A dos meses de asumir la Presidencia de Chile, Gabriel Boric debe superar una baja en la popularidad que acorta la «luna de miel» con la que sueñan todos los mandatarios. El analista Guillermo Holzmann dijo que el conflicto en Ucrania impactó en las proyecciones económicas del Gobierno.
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por Camila Bentancor Santana
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Dos meses después de la asunción de Gabriel Boric como presidente de Chile, encuestas advierten sobre un descenso en la popularidad del mandatario.
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Para la consultora chilena Cadem, por ejemplo, mientras que el mandatario reunió 50% de aprobación y 20% de rechazo en marzo, en mayo tuvo un 38% de aprobación y 53% de rechazo por parte de la ciudadanía.
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Los resultados de las encuestas no solo generan preocupación en cuanto a la aceptación del mandatario sino sobre la propia coalición política que integra, Apruebo Dignidad, por ser un movimiento nuevo —creado en enero de 2021— que, con poca experiencia en términos de gestión, cobró protagonismo en el escenario político.
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El analista atribuyó esta situación a «varios fenómenos», entre los que se encuentran las altas expectativas que tenía la ciudadanía para el nuevo Gobierno, que ha perdido cierta «credibilidad».
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Holzmann consideró que Boric no ha logrado tener ese período que suele ser denominado como «luna de miel» con la ciudadanía, ese período de al menos los primeros 100 días de Gobierno en que los presidentes pueden «instalar su agenda» gozando de mayor comprensión y tolerancia por parte de la ciudadanía.
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Según el experto, el hecho de que la gestión de Boric «tiende a ser más colectiva» ha generado «incomprensión» y «una falta de alineamiento dentro de lo que es la conducción del Gobierno y del Estado».
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El efecto Ucrania
Por otra parte, la economía chilena atraviesa un escenario complejo debido, en parte, a la inflación anual de 10,5%, la más alta en casi 30 años y con previsiones de continuar creciendo.
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Para empeorar las cosas, el conflicto en Ucrania iniciado a fines de febrero generó incertidumbres e impactó en los mercados.
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«Las proyecciones económicas que tenía el Gobierno de Gabriel Boric se han visto afectadas no solamente por las dificultades de poder acceder a la inversión extranjera o mantener el control macroeconómico, ya sea de inflación o tipo de cambio, sino que se suma a ello toda la incertidumbre y el impacto económico» que tiene el conflicto en Ucrania y las sanciones a Rusia, sostuvo.
La seguridad, un reclamo de los chilenos
Paralelamente, y pese a una baja en la cantidad de delitos en 2020 y 2021 en parte por la pandemia de COVID-19, los delitos de mayor gravedad como los robos con violencia se mantuvieron estables y los homicidios registraron un aumento sostenido. De acuerdo a la Fundación Paz Ciudadana, entre 2016 y 2021 los homicidios registraron un aumento del 70%.
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Para Holzmann «los niveles de violencia delincuencial en las principales ciudades de Chile han ido aumentando. También lo pasado en la Macrozona Sur [que registró episodios violentos en el marco del conflicto Mapuche] ha colocado entonces el tema de la inseguridad como un elemento prioritario», manifestó.
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Para Holzmann «hay una gran cantidad de violencia en las calles y asesinatos» por lo que «es evidente que la ciudadanía quiere respuestas y esas respuestas no se logran implementar», advirtió.
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Asimismo, pese a los esfuerzos de la administración de Boric, el Gobierno se enfrenta a un Congreso fragmentado sin mayorías para el oficialismo.
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«Los temas del salario mínimo y el impacto que eso tienen hoy en día todavía son proyectos de ley y no ha avanzado con la celeridad que el Gobierno ha querido», dijo en referencia a una de las propuestas presentadas a principios de mayo ya aprobada por la Cámara de Diputados.
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«A dos meses de haber estado instalado el Gobierno todavía muestra ciertas debilidades para poder generar una capacidad de negociación en el Congreso», sostuvo y agregó que «el gran desafío que tiene el Gobierno para sacar adelante su agenda legislativa», concluyó el analista.
