Aunque la OMS advirtió que no sería esencial una vacunación masiva, no se descarta inocular a personal de salud, personas inmunodepresivas y a menores de 50 años.
La Viruela del Mono continúa su avance global. En Chile los casos superan los 40, mientras en el mundo borden los 19 mil en 76 países, siendo los hombres quienes lideran las cifras. Incluso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó “a los hombres que tienen sexo con hombres limitar las parejas sexuales, reconsiderar el sexo con nuevas parejas e intercambiar detalles de contacto con cualquier nueva pareja para permitir el seguimiento, de ser necesario”.
Esto, tomando en cuenta que el virus se contagia, principalmente, por contacto directo entre los afectados, piel con piel, o por compartir algún elemento contaminado. Los síntomas iniciales de la infección, según el organismo, incluyen fiebre, dolor de cabeza, inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de espalda, dolores musculares y falta de energía. Erupción y lesiones que pueden formar ampollas y costras en todo el cuerpo son el paso siguiente.
Favorablemente, pese a ser un virus “de la misma familia” que la viruela humana, su tasa de mortalidad es considerablemente más baja que la de la enfermedad erradicada en los 80.
¿Vacunación masiva o selectiva?
Aunque la OMS ha insistido en que -por ahora- se descarta una vacunación masiva, ya se analizan los probables grupos que la recibirían. El organismo indicó que las vacunas actualmente recomendadas son la MVA-BN (Dinamarca), la japonesa LC16 y la estadounidense ACAM2000, inicialmente desarrolladas contra la viruela convencional.
“Teniendo en consideración que esto podría aumentar significativamente, lo recomendable sería vacunar a las personas menores de 50 años”, explica Claudio Figueroa, Bioquímico, doctor en Ciencias Biológicas y académico de la Facultad de Medicina y Ciencia de la USS.
“Esto porque hasta finales de la década del 70 se vacunaba de forma obligatoria a las personas contra la viruela humana y se ha demostrado que ésta genera una protección cruzada hacia la viruela del mono. De hecho, cuando uno mira los datos a nivel mundial, los grupos etarios que más han aumentado los contagios son principalmente jóvenes, que no recibieron inmunidad”, agregó el especialista.
“Generalmente en estas patologías, el sistema inmunológico juega un rol muy importante, por lo que las personas con alguna inmunodeficiencia podrían presentar mayores efectos de contraer la enfermedad (…) Asimismo, el personal de salud que está en contacto directo con los pacientes, podrían eventualmente correr mayor riesgo”, agrega.
¿Qué pasa en Chile?
Hasta el momento, los casos detectados en nuestro país pertenecen a hombres de entre 10 y 46 años, relacionados con viajeros que retornan a Chile. “El riesgo aumenta cuando existe transmisión domiciliaria, dentro de una misma zona, pero hasta ahora todos se relacionan con casos importados”, apunta Figueroa.
En las últimas horas, el Gobierno informó que se han explorado alternativas de vacunas para la viruela del mono disponibles a nivel internacional, “tanto directamente como a través de las representaciones comerciales y embajadas de Chile en el exterior (…) De tal modo, y en caso de resultar sanitariamente oportuno, el Estado podrá suscribir los acuerdos de suministro para adquirir un stock de vacunas que permitan vacunar a la población objetivo que defina la autoridad sanitaria”.