Se estima que 17 de cada 100 personas con entre 75 y 85 años, sufrieron un ataque cerebral. Esta afección se presenta con más frecuencia a partir de los 40 años y se puede prevenir. ¿Cómo lo hacemos? Un especialista nos brinda varios consejos.
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“La disminución de la fuerza en un lado del cuerpo que compromete el brazo, la pierna y la cara; dificultad para expresar lo que queremos decir, para producir frases que otros puedan entender; una dificultad visual, como que la mitad del mundo parece desaparecer”, son los principales signos de alerta previo a un ataque cerebral, según Rodrigo Pardo Turriago, profesor titular de neurología en la Universidad Nacional de Colombia.
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“Eso puede venir acompañado de dolor de cabeza, dificultad para mantenerse despierto o náuseas”, agregó.
Si bien el nivel de afectación en la población depende de la zona de Latinoamérica, donde se mire, hay dos factores claves: los hábitos de vida y la genética.
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“El carácter con el cual nuestros genes regulan la producción de colesterol triglicéridos y la correcta circulación sin depósitos en las arterias, es un carácter que diferencia a la población caucásica de la asiática, la africana y la escandinava”, explicó el especialista.
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Si bien el factor genético no puede prevenirse, sí pueden adoptarse hábitos para prevenir o reducir el riesgo.
“Tener cuidado de la presión arterial, el azúcar, el control del colesterol y los triglicéridos, proteger el sueño y el ciclo de sueño y vigilia, tener actividad física”, indicó el neurólogo, entre otras recomendaciones.
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“Para una población menor de 50 años, la probabilidad es de 4 a 5%. Pero por cada década de la vida que vamos aumentando, estas probabilidades son crecientes llegando hasta un estimativo de 17 personas por cada 100 habitantes entre los 75 y los 85 años”, indicó Pardo Turriago.
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El especialista también explicó la diferencia que puede haber entre un ataque cerebral y un accidente cerebro-vascular (ACV).
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“El punto es cómo el énfasis en la comunicación lo colocamos en ataque, evento repentino y agudo, y no un accidente, en la medida en que los accidentes son condiciones que no se pueden predecir, mientras deberíamos estar en condiciones de prevenir el ataque”, indicó.
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