Luego de la operación especial de Rusia en Ucrania, mucho se ha discutido en Occidente sobre la posibilidad de que este último ingrese a la OTAN. Sin embargo, el país eslavo no podrá hacerlo y su ya difícil situación económica proyecta una mayor dependencia, expuso el columnista Hal Brands en ‘Bloomberg’.
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De acuerdo al criterio del autor, existen dos planes para el futuro de la república postsoviética. El primero de ellos prevé la afiliación del país a la OTAN, pero esto no pasará debido a las normas que no permiten comenzar el proceso de ingreso en caso de disputas territoriales o conflictos armados con otros Estados.
«Kiev puede quedar al margen, víctima de la cruel ironía de que la misma condición que hace deseable su pertenencia a la OTAN también la hace imposible», señaló.
El segundo plan, según Brands, es mantener a Ucrania como un «aliado» de Occidente y seguir suministrando armas y equipo pesado al país. Pero, como señaló el observador, será muy difícil para Kiev mantener las Fuerzas Armadas, dado que, debido al conflicto, la economía del país no está en las mejores condiciones y Kiev será muy dependiente de Occidente.
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«Por lo tanto, es probable que Ucrania siga siendo dependiente económicamente de Occidente, y Washington y sus aliados financiarán la defensa del país en el futuro previsible. Incluso si el país no se une a la OTAN, al final del conflicto puede ser solo el comienzo de una responsabilidad muy a largo plazo de Occidente con Ucrania», resumió.
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Anteriormente, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, había declarado que no hay alternativa para que el país se una a la OTAN y la UE.
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El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció en la madrugada del 24 de febrero el lanzamiento de una operación militar especial en Ucrania para defender las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, frente al genocidio por parte de Kiev. Uno de los objetivos fundamentales de la operación Putin lo definió como la desmilitarización y desnazificación de Ucrania.
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Según el Ministerio de Defensa de Rusia, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.