Extendida desde Venezuela hasta Chile, es decir, prácticamente de extremo a extremo del subcontinente sudamericano, la Cordillera de los Andes es un conglomerado de montañas que ha dotado de identidad a diversos pueblos de la región, sin embargo, ¿qué explica sus dimensiones monumentales?
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Con más de 7.000 kilómetros de extensión, esta icónica cadena montañosa se despliega por la costa occidental sudamericana y atraviesa el territorio de siete países diferentes. Es «la cordillera más larga del planeta Tierra», recuerda el Instituto de Estudios Andinos don Pablo Groeber, de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
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Una investigación elaborada por especialistas de la Universidad de Copenhague publicada en la revista especializada Earth and Planetary Science Letters, analiza los motivos geológicos detrás del desarrollo de este conjunto de montañas, que contiene los volcanes más altos del planeta y las montañas más altas de todo el hemisferio occidental, de acuerdo con la UBA.
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El análisis científico identificó que la cadena de montañas tuvo su mayor expansión y crecimiento cuando se desaceleraron las placas tectónicas en la zona. Los autores de la investigación, Valentina Espinoza y Giampiero Iaffaldano, identificaron dos cambios de aceleración rápidos en la placa sudamericana ocurridos en los últimos 15 millones de años. En ambos momentos, la Cordillera de los Andes ganó altura.
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Los investigadores buscaron explicar este crecimiento con base en dos hipótesis, una de las cuales estima que una gran cantidad de material inestable bajo los Andes se desprendió y hundió, lo que creó un relajamiento de presión que llevó al ensanche de montañas, además de propiciar su expansión hacia Argentina y Chile.
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Los investigadores buscaron explicar este crecimiento con base en dos hipótesis, una de las cuales estima que una gran cantidad de material inestable bajo los Andes se desprendió y hundió, lo que creó un relajamiento de presión que llevó al ensanche de montañas, además de propiciar su expansión hacia Argentina y Chile.
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La segunda hipótesis supone que la placa sudamericana se pudo desacelerar por cambios en el patrón de flujo de calor en el interior del planeta Tierra, lo que generó que la capa superior del manto se moviera por encima de la placa y provocara un cambio abrupto de movimiento.