Apnea obstructiva del sueño y episodios de ronquidos: Especialistas chilenos explican riesgos y entregan recomendaciones

  • Es el trastorno respiratorio más común relacionado con el sueño y, según especialistas, afecta entre un 15 a 30% de los hombres a nivel mundial. Especialistas del Hospital Clínico de la Universidad de Chile indican que para lograr que quienes presentan apneas tengan un sueño reparador es necesario recibir tratamiento médico o quirúrgico. Sin embargo, aseguran que hay recomendaciones generales para optimizar la calidad del sueño.

El síndrome de apnea-hipoapnea obstructiva del sueño (SAHOS) es un episodio de pausa respiratoria mayor o igual a diez segundos de duración entre los episodios de ronquidos, lo que provoca un colapso por la reducción (hipoapnea) o detención completa (apnea) del flujo de aire hacia los pulmones. Se produce por múltiples factores, tanto centrales como periféricos, los que inciden en la obstrucción de la vía aérea superior, generando una asfixia transitoria posterior. 

El Dr. Gabriel Abudinén, neurólogo y neurofisiólogo del Hospital Clínico de la Universidad de Chile (HCUCH), detalla que “la prevalencia de SAHOS leve ha sido estimada en 49% y la de SAHOS moderada en un 16%. Según unos últimos estudios, se menciona que en el mundo se evidencia una prevalencia que va del 15 al 30% en hombres y del 10 al 15% en mujeres”.

Por su parte, la Dra. Carolina Oliva, otorrinolaringóloga del HCUCH, indica que “un factor muy importante para desarrollar ronquidos y SAHOS es la obesidad, debido a la acumulación de grasa, a la pérdida de tonicidad en los tejidos y al aumento de la presión intraabdominal. Además, pacientes con alteraciones craneofaciales, síndromes genéticos como síndrome de Down, entre otros, también se asocian al desarrollo de esta patología. Otros factores que también se asocian a SAHOS son el consumo de tabaco y las enfermedades crónicas como la diabetes mellitus tipo 2 e hipertensión arterial”.

Respecto a los factores de riesgo asociados, agrega que “la apnea afecta más a hombres que a mujeres y dentro de los principales factores de riesgo para hacer apneas están el tener el cuello corto, la obesidad y las alteraciones anatómicas y máxilo-faciales”, como la desviación del tabique nasal, amígdalas grandes, adenoides y/o lengua aumentadas de tamaño y alteraciones dentales que se asocian a obstrucción de la vía aérea.

Junto a lo anterior, el Dr. Abudinén precisa que este síndrome puede ir o no asociado al ronquido del paciente durante el dormir y que las personas roncadoras pueden dividirse entre aquéllas que son roncadoras puras y aquéllas que realizan apneas. De acuerdo a la cantidad de apneas/hipoapneas y a la disminución de saturación de oxígeno durante el sueño, pueden dividirse en SAHOS leve, moderado y severo.

Síntomas y riesgos

Respecto a los efectos que produce este síndrome en la vida diaria de las personas que lo padecen, la Dra. Carolina Oliva asevera que “los pacientes que sufren de SAHOS presentan somnolencia durante el día, sueño no reparador, despertares nocturnos, cefalea matinal, cambios de humor, falta de concentración. En niños destaca también la irritabilidad y peor rendimiento escolar. Además, frecuentemente se asocia a problemas familiares o con la pareja por la incomodidad que genera en los acompañantes. De igual modo, los pacientes con SAHOS presentan mayor riesgo de realizar eventos cardiovasculares, como infartos o accidentes cerebrovasculares”.

El Dr. Gabriel Abudinén destaca precisamente que las principales complicaciones asociadas a SAHOS son las cardiovasculares como, por ejemplo, mayor riesgo de infarto agudo al miocardio, accidente cerebro vascular (ACV), hipertensión arterial refractaria a fármacos, entre otras. También señala que puede haber causas periféricas obstructivas (problemas orofaríngeos) como causas centrales (falla en la respuesta de la activación miogénica periférica).

Ambos especialistas señalan que los síntomas pueden ser tanto diurnos como nocturnos. Respecto de los diurnos, destaca la hipersomnolencia excesiva, cansancio crónico, depresión, irritabilidad y fallas de memoria; mientras que, en los nocturnos, es posible observar ronquidos, insomnio, sueño de mala calidad con microdespertares en la noche y movimientos corporales. El otorrinolaringólogo del Hospital Clínico de la U. de Chile, Dr. César Fuenzalida, comenta que los ronquidos son una patología que afecta a un gran número de personas y que “en un estudio realizado en santiaguinos, el 59% de ellos presentaba ronquidos de forma habitual y un 21%, apneas presenciadas, siendo más frecuente en pacientes sobre los 65 años, aumentando en un 25% los pacientes con SAHOS”.

Apneas y ronquidos en lactantes 

El Dr. Fuenzalida explica que, en el caso de los recién nacidos, “la presencia de apneas generalmente orienta hacia causas centrales o de origen neurológico. También existe una patología otorrinolaringológica llamada laringomalacia, caracterizada por inmadurez y falta de tonicidad de los cartílagos de la laringe, y se presenta con estridor —ruido intenso al inspirar— y apneas obstructivas”.

Por otra parte, aclara que, “si bien es cierto el riesgo de muerte es bajísimo con este tipo de patologías y no tiene relación con la muerte súbita, sí produce una alteración de oxigenación cerebral sostenida en el tiempo que influye en el desarrollo psicomotor y neurocognitivo de un bebé”. Respecto a los niños más grandes, en tanto, agrega que “la gran causa de apnea obstructiva del sueño es la patología adenoamigdalina, consultada muy frecuentemente en Otorrinolaringología, y que con una cirugía ambulatoria es posible solucionarlo”.

Cómo podemos cuidarnos

En cuanto a su tratamiento, el Dr. Abudinén comenta que este dependerá de muchos factores a evaluar en la consulta con el médico. No obstante, indica que la principal recomendación es realizarse un estudio polisomnográfico. “Con ello se podrá identificar las apneas asociadas y el grado de prevalencia de ellas, y según esto, evaluar la mejor terapia a realizar. Dentro de ellas está el uso de aparatos de presión positiva continua (CPAP), la baja de peso, dormir de lado y evitar el uso de hipnóticos o sedantes en la noche”. El neurólogo también recomienda evitar el alcohol y, “en algunos casos leves, el uso de dispositivos de avance mandibular y/o terapia miofuncional con fonoaudiología especialista en sueño”.

Los otorrinolaringólogos, en tanto, subrayan que para lograr que quienes presentan apneas tengan un sueño reparador es necesario recibir tratamiento médico o quirúrgico. Sin embargo, hay recomendaciones generales para optimizar la calidad del sueño, como acostarse a la misma hora todos los días; evitar el consumo alcohol, cafeína, tabaco o comidas abundantes en las noches antes de dormir; evitar el uso de pantallas en el dormitorio y no utilizarlo como espacio de trabajo; no tomar siestas de más de 45 minutos y evitar el uso de benzodiacepinas como el clonazepam de forma automedicada.

Finalmente, el neurólogo Abudinén sostiene que “se debe consultar a un especialista siempre que una persona presente ronquidos durante la noche, ya que estos no son normales, y también si siente que al despertar no amanece bien y presenta mucho sueño durante el día, evidenciando un sueño no reparador”.