Las tensiones están aumentando entre los funcionarios estadounidenses y ucranianos sobre la estrategia de Ucrania en la contraofensiva, con los Estados Unidos aparentemente preparándose para una guerra de atrición en vista de resultados limitados en el campo de batalla, informan medios occidentales.
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Según los informes, funcionarios norteamericanos instaron a Kiev a que dejara de evitar riesgos y utilizara plenamente sus fuerzas en el sur. El Pentágono también aconsejó a Ucrania que no concentrara sus principales fuerzas en el este, pero los dirigentes ucranianos enviaron allí sus mejores unidades.
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Asimismo, la fuente añade que los oficiales de EEUU se están preparando en privado para una guerra de desgaste en Ucrania, que podría seguir incluso en 2024, mientras siguen reiterando públicamente su apoyo a los intentos de ofensiva de las tropas ucranianas.
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El congresista republicano Andy Harris, copresidente del Grupo sobre Ucrania en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, declaró en una reunión con votantes a mediados de agosto que la contraofensiva «fracasó» y que la ayuda a Kiev debería recortarse, de acuerdo con el informe. También expresó sus dudas de que el conflicto sea «ganable» para Ucrania.
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Al mismo tiempo, los medios de EEUU informaron de que los dirigentes políticos ucranianos habían sido supuestamente engañados por su mando militar sobre la verdadera escala de las pérdidas de las FFAA de Ucrania en las últimas batallas.
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Ucrania lanzó su tan promocionada ofensiva a principios de junio, tras múltiples aplazamientos. Alegando las necesidades de la misma, Kiev presionó a sus socios occidentales para que aumentaran la ayuda militar y financiera.
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Conforme con las estimaciones del Ministerio de Defensa ruso, a fecha de 4 de agosto, las pérdidas del Ejército ucraniano en esas acciones eran de unos 43.000 efectivos y 4.900 unidades de equipos militares.