Con 30 esculturas de cera negra que representan bustos de presidentes chilenos desde el periodo de la República hasta 1973, se presentará la exposición que toma el nombre de un sector del Palacio de La Moneda en que se disponía una colección que, producto del golpe de Estado, resultó destruida. Esta obra que pone en tensión los símbolos y la necesidad de memoria, será inaugurada el próximo 11 de septiembre en el patio Andrés Bello.
Desde el periodo de gobierno de Bulnes, los muros de La Moneda han albergado a presidentes y ministros. En los pasillos de la Casa de Gobierno, y en sus dependencias se disponían una serie de esculturas de las figuras históricas que han ostentado el cargo máximo de jefe de Estado, esa colección se denominaba Galería de los Presidentes.
Tras el 11 de septiembre de 1973, esas esculturas resultaron destruidas. De ahí Luis Montes, escultor, artista y vicedecano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, toma el nombre para desarrollar un proyecto autoral en que cada busto es sometido a fuego, logrando un resultado de una imagen desfigurada e irreconocible.
A medio siglo del bombardeo a La Moneda, el significado simbólico de esta obra adquiere un mayor sentido, dado que estas representaciones sirven a su vez para tensionar el lugar de residencia de la memoria o cómo esta se transforma de manera concreta.
Es así como el profesor Montes configura una escena imaginada para recrear el momento exacto antes de la tragedia que fracturó la democracia en Chile, y lo sitúa un instante antes de la destrucción de los símbolos de la tradición republicana. Además de las piezas escultóricas, la exposición incluirá un video de registro de la acción del fuego sobre los bustos.
La obra Galería de los Presidentes –que formalmente es la misma exhibida originalmente en 2015 en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC)–, cobra relevancia en el contexto actual. «Hoy, a 50 años del golpe de Estado, se nos plantea una situación muy decepcionante: en nuestro país se mantiene una posición débil respecto de la defensa de la democracia y el respeto de los derechos humanos», planteó Montes. «¿Qué es lo que ha sucedido para que después de la evidencia de la barbarie que aconteció no seamos capaces de decir nunca más? ¿Es que de verdad somos capaces de repetir las escenas de violencia, dolor y destrucción de otros que vimos en el pasado?», reflexionó.
En esta línea, el escultor y académico propone que «desde el arte debemos insistir y abordar el desastre, no dejar en el olvido todo aquello que pasó. No podemos pensar en representar debidamente el dolor de las víctimas y sus familiares, ni siquiera podríamos acercarnos a eso, pero –desde Adorno– no podemos ignorar el sufrimiento y la catástrofe».
«Galería de los Presidentes nos sigue interpelando sobre lo que ocurrió hace 50 años y que, en cierto sentido, sigue sucediendo», manifestó.
La exposición, que se compone de 30 piezas, permite a través de la escultura establecer puentes con la memoria histórica colectiva. Según la visión del autor «se origina desde una memoria, un relato, una historia que ni siquiera está completa en los registros de Palacio: una galería con bustos de presidentes, de los cuales ni siquiera existe un archivo exacto».
El profesor comentó que su interés nació a partir de una fotografía del Presidente Allende, en la que se ve conversando con un asesor, precisamente en esa galería. «Sin embargo, todo el Palacio fue destruido, todo convertido a escombros. Son 30 presidentes, desde el inicio de la República hasta Allende, pero esta exposición no pretende ser una clase de historia, sino más bien la posibilidad de hacer emerger una imagen inexistente, el momento del desastre en donde otro relato termina por destituirse: la estatura presidencial, la continuidad de la República, la inviolabilidad de la democracia», explicó.
«El arte es una herramienta de reflexión, por supuesto, pero no exclusivamente intelectiva. Busca disponer una experiencia estética que es más compleja, porque incorpora la razón, genera sensaciones, estremecimientos, pero por sobre todo, preguntas. ¿Qué sucedió aquel día, qué fue lo que perdimos? Y ese debe ser el aporte a una memoria común: una insistente lucha contra el olvido, especialmente pensando en las víctimas y sus familiares», afirmó Montes.
Todos y todas quienes componemos esta Universidad debemos estar comprometidos con la democracia y los derechos humanos. No puede ser de otra manera, especialmente cuando –como dijera recientemente nuestra Rectora Rosa Devés– la entendemos como ‘parte de la institucionalidad que le da continuidad a la historia de este país’. Y eso es un deber que cruza todas las disciplinas», argumentó.
Para el docente esta mirada incluye a «cada una de las formas de conocimiento que cultivamos, desde las ciencias, ingenierías, humanidades y las artes, debemos aportar a la formación de las y los estudiantes en el respeto de la dignidad del otro». «Nuestra Universidad ha dado un ejemplo en este año dedicado a la conmemoración de estos 50 años, donde todos los campos disciplinares han aportado a una reflexión que debe incorporarse de manera permanente para contribuir a un país que debe ser más respetuoso, más solidario y más humano. En recuerdo de aquellos que lo sufrieron todo», sentenció.
La exposición se inaugurará este 11 de septiembre a las 12:00 horas en el Patio Andrés Bello de la Casa Central. Toda la información acerca del evento está disponible aquí.